Google
Por Tema

Por Revista

Marzo 2016
Febrero 2016
Enero 2016
Diciembre 2015 libre
Noviembre 2015 libre
Octubre 2015 libre
Septiembre 2015 libre
Agosto 2015, Q2 libre
Julio Agosto 2015 Q1 libre
Julio 2015, Q1 libre
Junio 2015, Q2 libre
Mayo Junio 2015 libre
Mayo 2015, Q1 libre
Abril 2015, Q2 libre
Abril 2015, Q1 libre

Pruébenos gratis
Suscríbase
¿Cómo funciona?
Preguntas frecuentes
Sobre nosotros
Atención al Cliente



¿Por qué los baños de las oficinas apestan?



Revista: Business Week
Tema: Desarrollo personal
Fecha: Octubre 2012
En La Mezzanina, la astuta y divertida novela basada en las minutas diarias de Nicholson Baker, uno de los capítulos más acertado y divertido toma lugar en el baño de la oficina. Un directivo de una compañía y un visitante están teniendo una seria discusión acerca de los méritos de una de las empleadas en el baño de hombres y estos son interrumpidos por una ruidosa emisión proveniente del narrador que está ubicado en uno de los retretes –“un estruendoso y brusco pedo como lo es el compás de un bongó”. Los dos ejecutivos realizan una pausa, tan sólo por un momento, y luego reanudan la conversación donde la dejaron mientras el que toca el bongó trata de contener la risa.

La Mezzanina fue publicada en 1988, y desde ese cuarto de siglo, las oficinas han hecho esfuerzos por convertirse en más atractivas, añadiendo mesas de Ping-Pong, Wi-Fi, e incluso cafés al estilo “del establo a la mesa” –hasta que usted llega al baño, lugar donde casi nada ha cambiado. Se han realizado algunos ajustes debido al Acta de Americanos con Discapacidades: un retrete accesible a personas en silla de ruedas, algunos pasamanos, manillas más grandes en los grifos. Quizás los baños utilizan menos agua, particularmente si el edificio está aplicando por una certificación LEED. Aparte de aquellos detalles casi invisibles, todavía allí es el año de 1998, e incluso el de 1958. El mismo conjunto de retretes rodeados de paredes de acero, urinarios para los caballeros, una pared con lavabos, baldosas, jabón líquido rosa con exceso de olor. Algún tipo que pasa demasiado tiempo leyendo el periódico mientras se sienta en el retrete. Y, sobre todo, las mismas raras interacciones.

Existen, con seguridad, excepciones. En Derek Lam, la casa de modas de Nueva York, tanto el showroom como el atelier poseen baños elegantes y de color negro diseñados por la compañía de arquitectura SO-IL. En algunas de las oficinas satélite de Google, notablemente en las de Oslo, existen baños de ocupación sencilla con exteriores índigo sicodélicos e interiores dorados acentuados. En Airbnb, un emprendimiento Web exitoso de San Francisco que organiza porciones de apartamentos interurbanos, el baño de damas está provisto de sofás con rótulos de leopardo y un gran eslogan enmarcado (“LA VIDA ES ENCANTADORA”). Y en LivingSocial, empresa de promoción de ventas de Washington, DC, la oficina se viste de colores caramelo en todas partes, tiene bonitos mobiliarios clásicos, y fueron diseñados explícitamente (dice el arquitecto de una compañía llamada OTJ) para crear un ambiente de diversión que retenga a los empleados. Algunos de los baños se encuentran pintados con esos mismos colores alegres, y aunque su vocero Brendan Lewis se queda corto en decir que los empleados se matan entre sí por entrar a los baños, él concede que los diseños son “parte de la naturaleza inclusiva” de la cultura de LivingSocial.

Nick Haslam de la Universidad de Melbourne, autor del libro Psicología dentro del Baño, ha estudiado la ansiedad que acompaña las visitas al baño. “Las visitas al baño durante la jornada laboral son una fuente de stress para muchas personas”, explica. “El hecho de ser escuchado por casualidad puede ser especialmente perturbador para las mujeres, al punto de que muchas mujeres japonesas cargan consigo pequeños generadores de ruido de fondo para tapar los sonidos incriminadores cuando ellas visitan el baño”. Y, añade, “no solamente su dignidad se encuentra en juego cuando usted visita el baño estando a la vista o a la escucha de sus colegas de trabajo, sino que además puede existir un sentido paranoico de que sus visitas están siendo monitoreadas”. Así que tiene sentido que unos cuantos baños de oficina genuinamente agradables descritos anteriormente son casi todos instalaciones de ocupación sencilla en vez de ser áreas comunes con retretes cerrados. Un poco de privacidad tiene mucho que ver con conservar la dignidad luego de comer esa mala ensalada de pollo.




Este es el resumen del artículo "¿Por qué los baños de las oficinas apestan?" publicado en Octubre 2012 en la revista Business Week.

Vea otros artículos publicados en Business Week u otros artículos sobre Desarrollo personal.

deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.



 

Copyright 2003-2024 por Meltom Technologies Inc