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El regalo que sigue rindiendo |
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| Para hacer frente a un año que se presenta sumamente complicado, algunas economÃas ricas, aunque bastante debilitadas, empiezan a plantearse el libre comercio como la solución para salir de la crisis, aumentar la confianza y estimular el crecimiento económico. Según el FMI, las economÃas desarrolladas, en especial las europeas, apenas crecerán en el 2103. Ante esta realidad, algunas han optado por los estÃmulos monetarios o expansiones fiscales, las cuales traerÃan como consecuencia burbujas de activos o incrementos en la deuda pública, mientras otras han apostado por abrir completamente sus fronteras para comerciar libremente productos y servicios.
El levantamiento de barreras, tales como los aranceles, subsidios y obstáculos burocráticos, supondrÃan grandes ventajas para una economÃa globalizada. De hecho, el libre comercio permitirÃa 1) aumentar los salarios gracias a la caÃda del precio de los bienes y servicios importados, 2) mejorar la productividad, y 3) expandir los mercados para las exportaciones. Una gran oportunidad para romper estas barreras comerciales radica en el Acuerdo TranspacÃfico de Asociación Económica (TPP), un tratado de libre comercio que combina el PacÃfico con EUA y el mercado único de la Unión Europea.
Si bien, en un mundo ideal, serÃa más que conveniente que hubiera un gran acuerdo comercial con dimensiones mundiales, ya que el levantamiento de barreras para todas las economÃas tendrÃa un impacto mucho mayor que si se realizara a nivel regional o bilateral, lo cierto es las últimas negociaciones sobre acuerdos comerciales mundiales no han arrojado ningún fruto. No obstante, el Acuerdo TranspacÃfico de Asociación Económica se presenta muy promisorio. Actualmente, ya hay 11 paÃses del PacÃfico, incluyendo México, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y EUA. Al parecer, Corea del Sur, al igual que Japón, se anexará este año, con lo cual sumarán un total del 30% del comercio mundial de bienes y servicios. Esta coalición no sólo pretende acabar con los obstáculos comerciales, sino también fijar regulaciones y polÃticas amplias y conjuntas para todos los mercados involucrados. Según un estudio, este acuerdo podrÃa incrementar el PIB de la región en más de un 1%.
La idea con este tratado gira en torno racionalizar las cadenas de suministro y aumentar la productividad a través de la eliminación de limitaciones, y aliviar la carga a las que son sometidas las empresas gracias a la adopción de estándares regulatorios armónicos. De esta manera, cuando se considera que un vehÃculo o medicamento es apto para su venta en Europa, entonces estos productos deben recibir las mismas condiciones de aceptación en EUA, sin tener que ser evaluados nuevamente.
Aunque serÃa vital que se adhirieran las economÃas emergentes con mayor crecimiento para sacar mayor provecho a esta liberalización comercial global, el hecho es que Europa resultarÃa el mayor beneficiario de este acuerdo, pues sus formalidades arancelarias y restricciones de transporte hacen costoso y complicado cualquier intercambio comercial. De materializarse el derribe de estas barreras, el PIB de la UE podrÃa aumentar en más de un 2,5%.
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Este es el resumen del artículo "El regalo que sigue rindiendo" publicado en Diciembre 22, 2012 en la revista The Economist.
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