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Revista: América Economía
Tema: Economía internacional
Fecha: Marzo 2013
Todos los países latinoamericanos han caído, a su manera, en la llamada Trampa de los Ingresos Medios. Ocurre cuando países que transitan un crecimiento sostenido de más de un lustro, con altos niveles de inversión, bajan bruscamente su velocidad de expansión y pasan del trote a una caminata cansina. Pueden pasar muchos años, antes de que puedan volver a la carrera. Naciones tan distintas como Argentina, Brasil y México lo han vivido. Cuando ocurre más de una vez, el país se descubre “enjaulado” en un PIB que no puede incrementar. Según estudios, estos frenazos ocurren mayormente en naciones con ingresos per cápita de cerca de US$ 11.000 y US$ 15.000-16.000, economías con tasas de inversión elevadas, que pueden traducirse a futuro en bajos rendimientos del capital y tipos de cambio reales subvaluados, que proporcionan un desincentivo para subir la escala tecnológica, aunque esto no es una regla fija o efecto de magia numérica.

Arribar a los US$ 20.000 o 30.000 de ingreso no asegura estar en el mundo desarrollado, porque los avances pueden ser sólo cierres de brechas, y no se crean nuevos sectores industriales/productivos ni mejora dramáticamente el capital humano disponible. Hay consenso en que la detención ocurre cuando la productividad total de una economía llega a su techo y no hay una vía clara para seguir avanzando. Según expertos, si países como los de la región quieren mantener sus altas tasas de crecimiento actuales deben ascender en la escala tecnológica en la producción de bienes tecnológicamente más sofisticados. No sólo se venden mejor y generan un tejido más denso de empresas, en el mundo hay muchas naciones empujándonos a codazos desde abajo. La migración a más tecnología debe hacerse, en parte, con el fin de salir del camino de menor costo de los países en desarrollo que comienzan a penetrar en los mercados mundiales de productos de baja tecnología.

Ellos identifican el uso de una moneda devaluada como fuente parcial de esta dificultad. En Chile discrepan, alegando que no están haciendo las correcciones para avanzar sostenidamente en una situación de dependencia de ingresos externos que están sujetos a precios transitoriamente altos y con ingresos de capitales que huyen de EUA y Europa. Para otros, los niveles de desalineamiento del cambio de cerca de 10% a 15% no ayudan a las empresas a esforzarse por ser más productivas. El camino debería ser el tomado por Perú, que se ha atrevido a intervenir la cuenta de capital usando encajes de hasta el 50% y cuyo Banco Central se ha mostrado activo en tratar de acotar el ritmo de apreciación, controlando factores transitorios, como el influjo de capitales. Colombia también se tensa por la apreciación. Es el país con la segunda moneda más apreciada, pero ha aumentado su dependencia de la minería y el petróleo. El gobierno redistribuyó el sistema de reparto territorial de las regalías mineras y creó una regla de ahorro fiscal del 25% de los ingresos tributarios y directos provenientes de Ecopetrol.

México posee la ventaja frente a Colombia de ser más rico, pero también está atrapado en el ingreso medio. Nunca superó la primera fase del acceso a la clase media mundial: importar tecnología y luego adaptarla a las condiciones propias y encarnarla en las exportaciones con alto contenido local, porque eso requiere de un conjunto de trabajadores altamente cualificados que no posee. Si bien Corea del Sur y Taiwán pueden ser un ejemplo de ello, no hay que olvidar que su industrialización se forjó en regímenes autoritarios dentro de países pequeños. En el gigantesco Brasil, Embraer y Petrobras son ejemplo de una política sectorial de sofisticación exitosa, pero que no alcanza a arrastrar a toda la economía. La dificultad es transitar de un Estado hiperactivo a otro que regule mercados y provea bienes públicos de calidad como la educación. Esto ayuda a entender por qué Brasil todavía no supera el nivel de ingreso promedio.




Este es el resumen del artículo "Enjaulados" publicado en Marzo 2013 en la revista América Economía.

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