|
|
3 lecciones de despedir a alguien | 
|
| Cuando despedí por primera vez a un empleado, no sentí del modo que había esperado, y aprendí tres lecciones inesperadas que han influenciado la forma en que he manejado a mi equipo desde entonces.
1. Liberarse de un “empleado problema” no es un alivio: Durante varios meses, este empleado me había causado problemas. Su trabajo era mediocre y había tenido varias conversaciones con él, señalándole cómo mejorar y pidiéndole hacer un mejor trabajo, pero ya estaba harto. De modo que cuando lo despedí, esperaba mi vida se volviera más fácil, pero pasé por un par de semanas bien difíciles. Tuve que repartir su trabajo, entre otros miembros del equipo y era casi imposible saber qué se había hecho y qué no en cada proyecto. Tuve que excavar en archivos y datos para encontrar la información y tuve que hacerlo rápido para no afectar a los clientes. Después tuve que enfrentar la realidad de reemplazarlo. Tuve que dedicar tiempo entrevistando, y permitir un periodo de entrenamiento para el nuevo empleado antes de que pudiera realizar cualquier trabajo. No digo que sea mejor mantener un empleado de bajo rendimiento en el equipo en aras de la conveniencia, pero hay que desarrollar un plan transicional antes de despedirlo, para no quedar enredado.
2. Prepárese para todo: Después de hablar con el empleado en presencia del miembro de RH, tuve que ir con él hasta su escritorio, verlo empacar sus cosas, y escoltarlo fuera del edificio. Después comenzaran las murmuraciones, los empleados querían saber que había pasado. Algunos se atrevieron a llegar hasta mi oficina y preguntarme al respecto. Como nuevo gerente, no tenía idea de cómo enfrentarlos. Si debía mentir, ser honesto o evitar el tema. Lo que hiciera, impactaría la cultura global de mi equipo, incluyendo la forma en que ellos trabajaban y su forma de verme como líder. Al final, RH dictaminó que yo no podía darle muchos detalles a nadie, pero les aseguré que nos moveríamos hacia adelante con mente positiva y seguiríamos trabajando duro por nuestros clientes. Usted debe tener un plan general, bien pensado y firme antes de proceder. Hable con RH para decidir la mejor manera de manejar la situación.
3. No es “perdido de vista, fuera de la mente”: Después que mi empleado se hubo marchado, esperaba una semana relajada sin discusiones incómodas sobre asuntos de rendimiento ni la presión constante de atrapar y reparar sus errores. Pronto empecé a sentir una gran culpa sobre mis hombros, por haber sido la causa de la desgracia de su familia. Me preocupó haber llegado a conclusiones tan rápido, no haber hecho lo suficiente o haberle dado el chance que merecía. De modo que después de este incidente, tuve que analizar atentamente mi estilo de gerenciar, si estaba brindando suficiente guía directa y específica, si definía mis expectativas de forma suficientemente clara, o si la fuente del problema era una falta de esfuerzo de su parte o una falta de entrenamiento de la mía. Decidí que no tendría más esas preguntas en mi mente cuando yo despidiera otro empleado, porque me aseguraría de haber hecho todo lo que estuviera a mi alcance para ayudarlo antes de apelar al despido.
Despedir un empleado nunca va a ser algo disfrutable, y requiere una gran dosis de pensamiento, preparación y empatía. Si usted aprende de estas lecciones, seguirá siendo difícil, pero transitará por ello con un poco más de paz de espíritu.
|
Este es el resumen del artículo "3 lecciones de despedir a alguien" publicado en Abril 2013 en la revista The Daily Muse.
Vea otros artículos publicados en The Daily Muse u otros artículos sobre Recursos Humanos.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|
