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La revolución que no lo fue



Revista: Forbes
Tema: Comercio Electrónico
Fecha: October 27, 2003
Autor(es): Victoria Murphy
Se suponía que las compras en la Web serían una alternativa excelente para los consumidores y obligaría a los vendedores convencionales a bajar sus precios. Los bots (robots inteligentes de software), presentarían todas las alternativas de precios en una página virtual. Los vendedores al detal temblaron.

Pero las cosas no resultaron como se planeó. Los precios no fueron mejores que los de las tiendas. Todos los sitios de comparación que surgieron se redujeron a unos cuantos, entre los que se encuentran Shopping.com, PriceGrabber, NexTag y BizRate. El mes pasado Yahoo entró también en el negocio. Ellos posicionan los resultados de búsqueda de manera que las mejores colocaciones vayan a los mejores postores, aun cuando por ejemplo las cámaras digitales de un sitio, cuesten 30% más que la alternativa más barata.

La mayoría de los compradores no se dan cuenta de que los rankings son comprados, según Jeffrey Trester, co-fundador de PriceScan, un servicio que todavía lista productos sólo de acuerdo al precio del vendedor. Los vendedores al detal no están intimidados, dicen no estar pendientes de los precios en la Web para bajar los suyos. Algunos intentaron frenar a los nacientes bots negándose a dar información sobre los precios. Amazon hizo lo suyo gastando US$ 240 millones en 1998 para comprar Junglee, uno de los primeros bots de comparación y deshaciéndose de él después.

La última palabra la ha tenido el consumidor. Sólo 15% de los compradores en línea usan los servicios de búsquedas de los bots, de acuerdo a un estudio de Nielsen/NetRatings. La mayoría de los visitantes no se molesta en buscar precios, sólo un 3% lo hace en Shopping.com. Esto significa que las pequeñas tiendas Web que esperan competir en precios, tendrán que sacrificar sus ganancias para obtener las ventas.

El año pasado Google lanzó un servicio llamado Froogle que podría representar la manera correcta de hacer las cosas en el área. Se basa en desplegar un ranking de links de compras usando la misma tecnología que el sitio principal; pero Froogle no recibe dinero por posicionar los productos, sino que ha optado como negocio que los vendedores puedan comprar las publicidades adyacentes que aparecen cuando se teclean en los navegadores ciertas palabras claves.

Los compradores tienen más datos que los que pueden manejar, revisiones, pagos de envío, ratings de servicio al consumidor, impuestos, un conjunto donde tal vez el precio no es tan importante. Michael Smith, profesor de Carnegie Mellon quien ha estudiado los hábitos de compra en línea explica que la marca se convierte en un hito para todo porque existe una separación entre el vendedor, el consumidor y el producto. Los especialistas de los bots pensaron que el precio era el único elemento que importaba en la compra, pero tal vez estaban equivocados.




Este es el resumen del artículo "La revolución que no lo fue" publicado en October 27, 2003 en la revista Forbes.

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