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Diamantes locos | 
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| El espĂritu empresarial es la piedra filosofal de los tiempos modernos: es una cosa misteriosa que mantiene el secreto de impulsar el crecimiento y generar empleos. Los paĂses del G20 celebran una cumbre anual del espĂritu joven empresarial. Más de 130 paĂses celebran la Semana Global del EspĂritu Empresarial. Las escuelas de negocios ofrecen cursos altamente populares de cĂłmo convertirse en un empresario. Los gurĂşs empresariales producen guĂas (con frecuencia contradictorias) acerca del espĂritu empresarial: David Gumpert escribiĂł “CĂłmo Crear Realmente un plan Exitoso de Negocios” y “¡Explote su Plan de Negocios!”.
ÂżPero quĂ© es exactamente el espĂritu empresarial (aparte de una forma más larga de decir “empresa”)? ÂżY cĂłmo debe ser alentada por los gobiernos? Los legisladores están tan confundidos como los gurĂşs. Ellos asumen que se debe tratar de una nueva clase de tecnologĂa; asĂ que ellos intentan crear nuevos Silicon Valleys. O que se trata de pequeñas empresas; asĂ que se enfocan en alentar la creaciĂłn de emprendimientos. Ambas asunciones se encuentran erradas.
Silicon Valley ciertamente ha sido en las dĂ©cadas recientes la capital del espĂritu empresarial que está basado en tecnologĂa. Pero usted no necesita ser un genio para convertirse en empresario. George Mitchell, un petrolero tejano que fuera pionero del mĂ©todo del “fracking”, hizo lo que pudo para cambiar el mundo como cualquiera en Silicon Valley. Ni tampoco necesita ser un innovador convencional. Miguel Dávila y sus colegas formaron un enorme negocio al importar los cinemas tipo Multiplex a MĂ©xico. Su Ăşnica innovaciĂłn, segĂşn el Sr. Dávila, fue “poner jugo de lima y salsa picante sobre las palomitas de maĂz en vez de mantequilla”.
De igual forma, existe un mundo de diferencias entre el tĂpico dueño de una pequeña empresa (quiĂ©n sueña en cambiar una industria entera). Jim McCann, el creador de 1-800-flowers.com, es más un empresario que un simple florista porque, cuando abriĂł su primera tienda en 1976, el mirĂł ese negocio “con los ojos de McDonald’s”, asĂ como lo expresĂł una vez, y trabajĂł por años para construir la empresa más grande de entrega de flores que hay en el mundo.
Estas equivocaciones importan porque producen malas polĂticas. El mundo está lleno de enclaves de alta tecnologĂa que fallan en prosperar. El valle de biotecnologĂa en Malasia ha sido apodado como el “Valle de los Biofantasmas”. El mundo además está lleno de departamentos de pequeñas empresas que fracasan en generar muchos empleos. La FundaciĂłn Kauffman, la cual investiga tales asuntos, ha demostrado que el montĂłn de nuevos empleos generados provienen de una pequeña cantidad de empresas con alto crecimiento.
Daniel Isenberg, quien ha estado sumergido por 30 años en el mundo empresarial como un empresario (a veces fracasado), capitalista de riesgo y profesor universitario, tiene dos importantes consejos para los legisladores que deseen impulsar el espĂritu empresarial. El primero de ellos es que deben remover las barreras de entrada, y de crecimiento, para todo tipo de empresas en vez de buscar formar unas clases particulares de categorĂas de negocios. Y el segundo es que deberĂan reconocer la importancia que implica el motivo de las ganancias. Ha habido demasiadas declaraciones grandiosas acerca del “espĂritu empresarial social”–o sacarle partido a las empresas para realizar buenas acciones–pero la realidad es que el motivador principal de los empresarios es la oportunidad de sacar grandes ganancias monetarias. Esto es lo que motiva a las personas a asumir grandes riesgos y pasar años de dificultades. Y esto es lo que alienta a los inversionistas a que apuesten en ideas de negocios que, a primera vista, parezcan medio alocadas.
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Este es el resumen del artículo "Diamantes locos" publicado en Julio 20, 2013 en la revista The Economist.
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