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Un mar de luz



Revista: América Economía
Tema: Negocios en Chile
Fecha: Mayo 2014
En Chile se desarrolla actualmente Wilefko, uno de los prototipos de energía marina más avanzados en América Latina. El sistema, aún en etapa precomercial, consiste en una paleta que se coloca a la orilla de la playa. Los alcances de la ola la golpean, dando lugar a un mecanismo de rotación que, a su vez, provoca un impulso de aceleración que se va acumulando en una rueda de inercia. Para convertir la energía cinética en electricidad se utiliza una bomba hidráulica que hace funcionar la turbina Pelton, donde se transforma en energía mecánica; ésta va a unos compresores, usando la presión de aire comprimido. Las olas de rompimiento utilizadas en este sistema alcanzan los 30 km por hora, y son 800 veces más densas que el aire. El sistema explota lo que se denomina “energía undimotriz”, proveniente de las olas. La forma más común de conversión de energía marina es ésta, pero también hay otras que aprovechan el flujo inducido por la diferencia de alturas provocada por las mareas, la sal y la temperatura de las profundidades marinas.

Chile está entre las cinco zonas con mayor potencial de oleaje en el mundo. Su potencial de energía undimotriz para generación eléctrica se ha estimado en más de 240.000 megawatts, mientras que la energía solar supera los 200.000 MW. Las costas más atractivas para el desarrollo de esta energía están desde la Región del Maule, a unos 200 km de Santiago, al sur, donde se alcanzan niveles de generación de hasta 50 kilowatts por metro de costa (kW/m). En el norte del país llegan a 20 kW/m. Este tipo de energía llega en un momento crucial para Chile. Entre 2002 y 2011 el consumo de energía en el país creció de 42.000 GWh a 62.000 GWh (un incremento de 47%), mientras que la capacidad instalada de producción, en dicho período, aumentó más del 57% (pasó de unos 10 GW a 16 GW). En un momento tan crítico, la energía marina puede ser un aporte, pero a pesar de su potencial, este tema aún no avanza en Chile ni en otro país de América Latina. Las posibilidades de materialización disminuyen debido a una serie de factores, como el económico o las restricciones de uso de ciertas zonas de la costa.

El prototipo de Wilefko está a las puertas de la cuarta prueba de campo, que definirá la viabilidad del proyecto. Entre las limitaciones está el tema de la tecnología. Falta desarrollo y bajar los precios del tobogán. No está claro que existan condiciones para que Chile adopte alternativas de energía como ésta, cuando en materia de energía eólica y solar sólo ha sido un receptor tecnológico. Y está el tema de los costos. El problema de la energía marina aún está relacionado con los costos medios. El valor medio de generación de estas plantas es alto, se estima que hacia 2015 el costo medio de desarrollo de energía undimotriz y mareomotriz en Chile sería de US$ 400 y US$ 300 por MW. Recién en 2020 se anticipa un descenso al rango de US$ 200 por MW, un 30% más bajo que en el Reino Unido, país pionero en estas iniciativas. Pero el mayor obstáculo hoy tiene que ver con el financiamiento. La inversión privada en proyectos de energía marina en Europa ha alcanzado unos US$ 825 millones en los últimos siete años, pero pasará un tiempo antes de que se vean montos similares en la región. Si hay algo que caracteriza al sector financiero chileno es su falta de audacia.

A pesar de esto, las iniciativas para generar energía a partir del movimiento del mar poco a poco encuentran respaldo. Este año el Banco Interamericano de Desarrollo ayudará a financiar dos programas piloto, frente a las costas del sur de Chile, con una cooperación técnica de US$ 2,95 millones, de los cuales US$ 2,4 millones son fondos no reembolsables. Se espera que de aquí a una década la energía marina no sólo será parte del portafolio de fuentes energéticas en periodos críticos, sino que será uno de los más importantes, con factores de planta de 50% o más. Mientras tanto, Wilefko y al menos otros cinco proyectos de energía marina en Chile continúan desarrollándose y esperando el día en que los inversores chilenos, las autoridades, e incluso el mundo académico, se atrevan y apuesten por la energía de las olas.




Este es el resumen del artículo "Un mar de luz" publicado en Mayo 2014 en la revista América Economía.

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