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Esperanzas sumergidas |
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| En el año 2007, UniCredit, un banco italiano, se enfrentó ferozmente contra otros prestamistas de paÃses occidentales para adquirir el cuarto banco más grande de Ucrania de manos de un oligarca por una cantidad de US$ 2 mil millones. A principios de marzo de este año, y en medio de comentarios de guerra e incumplimientos de pago, UniCredit limitó los retiros de su red de cajeros automáticos en Ucrania. Al mismo tiempo, las acciones de grandes empresas en Rusia, como Carlsberg y Renault, cayeron.
La agitación en Ucrania es uno de los múltiples problemas a los que se enfrentan las empresas occidentales en los mercados emergentes. Desaceleración del crecimiento económico, caÃda en el valor de las monedas, debilitamiento en los precios de las commodities, malas decisiones de inversión y la gran cantidad de males empresariales, riesgo polÃtico, se han combinado para defraudar las expectativas de los gerentes de empresas. Los inversionistas se han dado cuenta: las empresas de paÃses ricos con exposición por encima de la media de las economÃas emergentes han dejado atrás a las bolsas de valores de EUA en alrededor del 40% durante los últimos tres años.
Todo esto está llevando a las empresas a que vuelvan a examinar sus estrategias en los mercados emergentes. Para muchas, aunque la experiencia ha sido dura, las perspectivas son buenas. Pero algunas han desperdiciado suficiente dinero de los accionistas y deben regresar a casa.
Para mejorar sus fortunas en los mercados emergentes, las empresas de paÃses ricos necesitan tomar dos clases de medidas. En primer lugar, deben examinar sus carteras de importancia estratégica y retornos financieros. Las empresas que tienen escasos retornos o son periféricas son candidatas a ser vendidas, reestructuradas o clausuradas. Las industrias automovilÃsticas y de recursos naturales ya han comenzado a hacerlo. Unas pocas empresas necesitarán de una cirugÃa más radical. Algunos de los bancos rescatados financieramente se han ido; las grandes cadenas de supermercados como Carrefour y Tesco se encuentran en plan de retirada.
En segundo lugar, las multinacionales tendrán que fortalecer las operaciones que siguen manteniendo. Por medio de préstamos en los mercados de deuda locales y mudando más su producción al mundo emergente, ellas pueden crear una cobertura contra turbulencias monetarias y evitar el proteccionismo. Las empresas más sólidas deberÃan considerar adquisiciones que les permitan aumentar sus cuotas de mercado –pero asegurándose de que no paguen de más.
El crecimiento en el mundo emergente surgirá eventualmente, recompensando asà a las empresas con sólidos negocios y persistencia. Sin embargo, la estampida de empresas occidentales en esos mercados no se repetirá. En lugar de eso, el tráfico se desviará a otro sitio. Las economÃas emergentes generan un 40% del PIB mundial, medido a tipos de cambio del mercado, pero sus empresas poseen solo el 19% de las inversiones transfronterizas y (según consultores de la empresa Interbrand) tan solo cuatro de las 100 mejores marcas. En la próxima década, más empresas de los mercados emergentes conseguirán activos de los paÃses ricos. Y puede estar seguro de que la tendencia conducirá a un montón de decisiones difÃciles también.
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Este es el resumen del artículo "Esperanzas sumergidas" publicado en Marzo 08, 2014 en la revista The Economist.
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