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Dentro de los barrios



Hasta hace poco, Venezuela se vio atrapada en una situación de disturbios que ha dejado un saldo de aproximadamente 30 muertos. Cada una de sus grandes ciudades ha sido escenario de severos enfrentamientos de calle, lo que plantea inquietudes tanto para el régimen como para los vecinos de Venezuela. Los dirigentes de la oposición han sido puestos bajo arresto: el alcalde de San Cristóbal, donde comenzaron las protestas, fue detenido el 19 marzo de este año. La escasez de alimentos, el alto costo de la vida y los delitos violentos se encuentran entre las principales quejas de los manifestantes. Pero en la mayoría de las ciudades la violencia y las barricadas han estado centradas en los distritos de clase media. La mitad occidental de la capital –la cual, a diferencia del este y el sudeste de la ciudad de Caracas, se encuentra dominada por el partido de gobierno Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)– prácticamente no ha sido afectada por los disturbios. "Este es un país que está al revés", dice Kelvin Maldonado, un activista chavista. "Los ricos están protestando y los pobres están contentos".

Esta alegría, sin embargo, es más aparente que real. "Los mismos problemas que tienen allá", dice Mercedes Rodríguez, una pensionada del oeste caraqueño, "los tenemos por aquí también". La Sra. Rodríguez ha estado buscando las píldoras que necesita para controlar su presión arterial desde hace ya un mes. "No hay sitio donde no haya buscado", dice. Ella no consiguió lo que buscaba incluso en la farmacia 4F, donde la mujer detrás del mostrador dice que se han quedado sin el 40% de los medicamentos que se venden normalmente. Cuando se le preguntó por qué no había barricadas en la Avenida Sucre, la pensionada respondió con una sonrisa irónica. "Tal vez haya más represión", dice.

Los grupos civiles armados fieles a la "revolución" y que son conocidos eufemísticamente como colectivos actúan como agentes de la ley comunitarios. "La mayoría de ellos son criminales", dice José Quintero, un activista de la oposición de ProCatia, una organización no gubernamental, "y están armados hasta los dientes". Desde que el conflicto se tornó violento a mediados de Febrero, presuntos miembros de los colectivos han sido filmados y fotografiados utilizando armas de fuego en contra de los manifestantes. Actuando en conjunto con las fuerzas de seguridad del Estado, éstos son acusados por la oposición de provocar varias muertes (las cuales niegan). Su estricto control sobre las comunidades más pobres es una de las razones por las que los barrios se han quedado tranquilos.

Otra de ellas es el temor generalizado de perder beneficios tales como las asignaciones de vivienda, empleo o el subsidio de alimentos, los cuales son supeditados a la lealtad política. La bonanza petrolera que comenzó en 2002 le permitió al presidente Hugo Chávez montar una gran cantidad de programas de bienestar clientelistas conocidas como "las misiones". La salud y la educación fueron el principal objetivo de estas iniciativas, las cuales sobresalían por su cantidad más que por su calidad. La pobreza fue reducida enormemente. Cuando los precios del petróleo se estancaron, también lo hicieron las ganancias sociales. Los dirigentes de la Unidad Democrática (MUD) hasta ahora no han podido aprovechar al máximo las manifestaciones de descontento que se han generado. Dicen los críticos que la MUD todavía tiene que convencer a los chavistas descontentos que ésta tiene las mejores intenciones para con ellos de corazón.

Habiendo sido ungido por el mismo Chávez, el presidente Nicolás Maduro comanda la lealtad residual. Las alternativas populares son pocas. Pero más del 40% de los partidarios del gobierno responsabilizan al presidente por la situación de delincuencia y las dificultades económicas. Casi el 90% de todos los venezolanos dice que el gobierno debe cambiar sus políticas, mientras un sorprendente 64% favorece deshacerse de él "por medios constitucionales" tan pronto como sea posible.

La MUD se encuentra dividida. Algunos desean la renuncia del Sr. Maduro. Sus dirigentes creen que realizar campañas por un cambio de régimen representa en las acusaciones del gobierno que la oposición está tratando de planificar un golpe de Estado. El Sr. Quintero tiene una visión más matizada acerca de la situación. Él cree que los radicales de la oposición sencillamente se precipitaron. En dos o tres meses, según dice, la escasez de alimentos y productos básicos va a ser tan grave que los barrios van a explotar tal como lo hicieron durante el "Caracazo" en febrero de 1989, cuando una ola de disturbios y de una rigurosa respuesta por parte de las autoridades causó centenares de muertos. "Cuando la gente ya no pueda encontrar alimentos, será como en 1989", dice. "La gente tomará las calles y no va a regresar a sus hogares". Después de eso, nadie sabe.




Este es el resumen del artículo "Dentro de los barrios" publicado en en la revista The Economist.

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