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Una luz verde



Revista: The Economist
Tema: Ética
Fecha:
Hasta fines de la década pasada, la mayor parte de las empresas veía al medio ambiente como irrelevante o representaba una molestia. En cualquier caso, ellas no publicaban mucho acerca de éste. Eso ha cambiado drásticamente. De acuerdo con CDP, un grupo que recolecta datos sobre el medio ambiente en nombre de los inversores, más de la mitad de las compañías cotizadas en las 31 bolsas más importantes del mundo publican algunos datos acerca del medio ambiente, ya sea en reportes de ganancias, como parte de cotizaciones bursátiles o voluntariamente a la misma CDP. En algunos mercados, entre ellos la Bolsa de Valores de Londres y la Deutsche Börse, más del 80% de las grandes empresas publican este tipo de datos, que van desde sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta el retorno de inversión de proyectos que tienen como objetivo reducir la contaminación.

Hay que crearle la necesidad a las empresas que son grandes vendedoras de turbinas de viento y otros productos de energía ecológica, como Siemens, de que reporten cuán "verdes" son. A otras se les debe obligar. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC por sus siglas en inglés) dice que todas las empresas que presenten informes anuales estandarizados deben incluir los detalles de riesgos del cambio climático que se consideren "materiales" para los ingresos. El gobierno británico les exige a las grandes empresas de Inglaterra que revelen sus emisiones de dióxido de carbono a los accionistas. Y la Unión Europea tiene el propósito de hacer que las empresas con más de 500 empleados publiquen datos ambientales y sociales en sus cuentas de gestión –aunque esta propuesta, al igual que muchas provenientes de Bruselas, podría acumular polvo durante años.

Pero hasta ahora la mayor influencia sobre las empresas proviene de los inversores. Ellos están recolectando y exigiendo mejores datos. CDP trabaja para los inversores con US$ 92 millones de millones en activos –apenas una modesta suma. Ésta le envía cuestionarios a unas 5.000 empresas preguntándoles cosas como: "¿Tiene su empresa metas de reducción de emisiones?" y "si no posee ninguna iniciativa de reducción de emisiones, por favor explique la razón". Una red de inversores llamada Principios para la Inversión Responsable posee más de 1.000 miembros con US$ 34 millones de millones en activos bajo gestión. La principal preocupación de los inversores es que el cambio climático –o las políticas para evitarlo– dañe las empresas en las que invierten, sean estas empresas de energía con activos en desuso, empresas de alimentos expuestas a sequías en Ãfrica o productores químicos sufriendo de riesgo regulatorio en Europa.

Publicar una buena información ambiental sería un hecho enormemente beneficioso para las empresas. Es cierto que es una carga para las empresas públicas que las empresas privadas no tendrían que soportar. Pero esa carga no es onerosa: la mayoría de los datos ecológicos no son costosos en recolectar, ya que las emisiones (por ejemplo) están vinculadas al uso de la energía que las empresas rastrean de todos modos. Una mejor información contribuiría con la mejora del medio ambiente al apartar las inversiones de los que contaminan. Y podría ser bueno para las empresas también. Un estudio publicado por la Escuela de Negocios de Harvard en el año 2011 supervisó a 180 empresas por más de 18 años y descubrió que las que le prestaron más atención a las cuestiones ambientales también les fue mejor cuando se les midió a nivel de los precios de las acciones y ganancias.

Las consecuencias son que debe haber principios contables generalmente aceptados para el medio ambiente y que los legisladores deberían prestar más atención a los esfuerzos en curso para la creación de los mismos. El marco básico no sería difícil de definir: las empresas deberían publicar las evaluaciones de los riesgos climáticos y de las oportunidades (la compañía petrolera Exxon Mobil se encuentra haciéndolo); revelar sus emisiones de gases de efecto invernadero; y explicar la forma en que están tratando de reducirlas. Los inversores se beneficiarían de esto; quizás también el planeta.




Este es el resumen del artículo "Una luz verde" publicado en en la revista The Economist.

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