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¿Tendrá algún día un jefe robot?



En los últimos años, muchas funciones administrativas han sido transferidas a la inteligencia artificial. Los computadores seleccionan currículum vitae de candidatos a empleos, evalúan cuánto tiempo el probable empleado se quedará en la empresa, hacen seguimiento de correos electrónicos, llamadas e incluso de conversaciones imprevistas de pasillo para monitorizar el flujo de trabajo y recomendar cambios. Un software muy utilizado analiza los datos del consumidor en busca de algoritmos, cambiando cuándo y dónde el trabajador debe ser posicionado. Si conecta los puntos, verá surgir en su mente la imagen de un gerente objetivo, que sabe de todo y está totalmente automatizado. Pero según expertos, los jefes robot no pueden sustituir al ser humano. La dirección sigue siendo una actividad mucho más complicada, que requiere ajustes en el proceso de trabajo, respuesta a demandas que van cambiando, diagnóstico de problemas y propuesta de soluciones, y los robots aún no desempeñan bien esas tareas.

Las innovaciones sofisticadas de la automatización han llegado para quedarse. Si existen datos que se pueden vincular a resultados, es posible construir modelos, y las personas lo están haciendo. Cada vez más, las empresas están lidiando con problemas subjetivos de maneras que antes no imaginábamos. Ya los ordenadores son capaces de conducir coches y podrán llegar a ser más confiables que el ser humano. Pero aunque haya aumentado la capacidad de la tecnología de tomar decisiones, la evaluación de las implicaciones que tales prácticas acarrean no sigue el mismo ritmo. Algunas empresas han implementado sistemas de horarios informatizados que han incomodado a los trabajadores, pues interfieren con las necesidades de quienes tienen hijos a su cargo u otras obligaciones domésticas, transformado en un infierno sus vidas. Debe seguir habiendo alguien en ese engranaje que asegure que las limitaciones [humanas] sean tomadas en cuenta y no haya discriminaciones que contraríen la ley o hagan infeliz la vida del empleado.

Sin embargo, en casi todas las categorías relacionadas con los Recursos Humanos, desde el reclutamiento a la gestión del rendimiento, se están instaurando sistemas automatizados. Estudios recientes mostraron que las personas están dispuestas a aceptar la autoridad del ordenador. A medida que nos familiaricemos más con la automatización, y con la manera en que puede mejorar nuestra vida, los empleados serán más flexibles y más abiertos a esas cosas. Un incentivo es el hecho de que la mayor parte de las personas quiere ser más eficiente, por no hablar de la creación de “un vínculo más directo entre rendimiento y recompensa. Otro podría ser que el asunto le sea presentado al trabajador en términos de autogestión, es decir: “líbrese de su jefe, solo tiene que pasar las informaciones que tiene a su software”. Queda por saber si la automatización en general sería buena idea. Aunque el procesamiento automatizado de tareas triviales o incluso complejas pueda disminuir los errores, las consecuencias imprevistas no son raras.

La analítica de personas es cada vez más sofisticada. El departamento de RH no va a desaparecer del todo, pero al transferir la mayor parte de sus actividades a las máquinas, las personas que actúan en el sector podrán concentrarse en tareas más humanas y relacionadas directamente con los empleados. Pero las herramientas analíticas de personas también tienen algo de Gran Hermano, ya que son muy invasivas y los empleados podrían oponerse a que sus movimientos estén tan escrutados. Otras figuras autoritarias han llegado al lugar de trabajo, como el Ava 500, el “robot de telepresencia”, similar a una pieza de ajedrez de tamaño humano coronada por una pantalla de vídeo. Pero todas esas cosas aún son meras herramientas afinadas por sus usuarios. De momento, lo que está siendo automatizado no parece afectar mucho la relación supervisor-empleado. Todavía es muy importante tener un buen jefe, como también lo es tener un mal jefe.




Este es el resumen del artículo "¿Tendrá algún día un jefe robot?" publicado en en la revista Knowledge @ Wharton.

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