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Un negocio muy británico



Las escuelas privadas de élite de Inglaterra son superpotencias al servicio de la industria. Sus matrículas se han incrementado tres veces en términos reales desde 1980, pero los padres siguen tocando a las puertas. Además, se han vuelto completamente globales: más de un tercio de los estudiantes son extranjeros. Asimismo, han establecido sedes en lugares lejanos como Almaty, Kazakstán (Haileybury) y Bangkok (Harrow), y en lugares más conocidos como Singapur y Beijing. El secreto del éxito de estas escuelas es sencillo: ofrecen formación de primera categoría y un boleto de entrada a las mejores universidades. Podemos sacar tres lecciones de gerencia de estas escuelas.

1. La tradición y la innovación no son mutuamente excluyentes: las escuelas privadas son muy hábiles a la hora de apelar a sus más distinguidos discípulos (Shrewsbury tiene una estatua de Charles Darwin) para mercadearse, a pesar de que han modernizado sus programas educativos. Al igual que otras instituciones, sobreviven porque están constantemente reinventándose.

2. La competencia, cuando se combina con estándares independientes, puede ser muy positiva. Durante buena parte de su historia, las escuelas privadas dependieron del esnobismo de sus discípulos. Pero la creación de estándares generales las obligó a presentar resultados concretos. De hecho, la proliferación de rankings de MBS las ha obligado a ser más comerciales.

3. Los iniciados puede ser muy buenos revolucionarios: los directores de las escuelas privadas eran por lo general hombres que se pasaban la mayor parte de sus vidas dentro de las instituciones. Sin embargo, vieron una gran oportunidad comercial en la década de 1980, cuando el mercado de educación se globalizó. Las escuelas privadas de Inglaterra tienen dos ventajas en este sentido: las clases se dan en el idioma de los negocios; la mayoría están cerca de Londres, una de las ciudades más globales del mundo.




Este es el resumen del artículo "Un negocio muy británico" publicado en en la revista The Economist.

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