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Comportamiento ejemplar | 
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| Desde que a mediados de los 1990, un pequeño número de mujeres empezó a ascender a posiciones corporativas principales altas, se han dado casos de algunas que han supuestamente fallado en su deber de servir de modelos de rol optando por tomar decisiones personales basadas en su propia evaluación de lo que era más importante en sus vidas. Pero las mujeres no solo son objeto de crÃtica como fallidos modelos de rol debido a sus decisiones altamente públicas sobre su balance trabajo-vida, sino que también recibieron oprobios por fallar en este aspecto por problemas que descansan muy fuera de ese ámbito. El verdadero problema aquà es que estos fallos ponen en riesgo todo el progreso que las mujeres han tenido en los últimos 50 años. Sin embargo, nadie extrapola el comportamiento de un ejecutivo corporativo hombre a todo su género.
En mi experiencia, las mujeres son altamente resistentes, generalmente tienen muy buen ojo sobre la necesidad de calcular transacciones, y hacen un trabajo muy efectivo escogiendo opciones que apoyen sus metas individuales. No quiere decir esto que no nos beneficiemos con los modelos de rol cuyos logros, postura o apariencia nos inspiren. Pero esto no significa que nosotros vayamos a copiarlos servilmente o tomar todas nuestras decisiones basadas en las de ellas, como hacen los adolescentes cuando tratan de entrar en la adultez. Los modelos de rol son especialmente importantes para mujeres que aspiren a posiciones de liderazgo porque demuestran que dichas aspiraciones son posibles.
Condenar a estas mujeres lÃderes por sus conductas individuales presume incorrectamente que la mujer solo puede ver un camino por delante si alguien más lo modela para ellas en cada aspecto y asume, también incorrectamente, que las mujeres se deben entre sà el escoger opciones que de alguna manera sirvan los mejores intereses de todas las demás. El ser exitoso en un puesto demandante mientras que se trata de mantener una vida familiar y personal gratificante es suficientemente duro para todos (de cualquier género) en nuestra cultura de trabajo de 24/7. Pedirles a las mujeres que también calculen sus opciones de carrera en base al impacto potencial sobre las demás mujeres parece una pesada carga y algo poco razonable. Quizás de forma más perniciosa, también tiene el efecto de componer la culpa que las mujeres ya probablemente sienten también.
En mi trabajo, yo me encuentro constantemente con mujeres que se sienten culpables por no liderar vidas “balanceadas†(aun cuando los lugares de trabajo actuales a menudo hacen casi imposible lograrlo). He hablado con mujeres que se sienten culpables por trabajar demasiado duro porque les quita el pasar tiempo con su familia. Otras se sienten culpables por pasar tiempo con su familia porque las aleja del trabajo y muchas se sienten culpables por las dos cosas. Y encima de eso, queremos también abochornarlas por fallar en servir como modelos de rol apropiados. Estas controversias son particularmente insidiosas en un ambiente saturado por los medios sociales de comunicación, en donde la gente se siente libre de hablar públicamente, en voz alta sobre la vida de los demás, pero lo personal no es siempre polÃtico. Algunas veces es estrictamente personal, y no es el negocio de nadie más. El reconocer esto nos servirá muy bien a todos.
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Este es el resumen del artículo "Comportamiento ejemplar" publicado en en la revista Strategy + Business.
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