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Sobrevivir a una muerte corporativa | 
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| Estos han sido meses dif铆ciles para los equipos de ventas de Peregrine Systems, empresa dedicada a software "back office" para empresas. Una noche de mayo del 2002, Cahill, un ejecutivo de la organizaci贸n, se enter贸 de la renuncia de su presidente ejecutivo Stephen Gardner, y la de su CFO, Matthew Gless. La junta directiva hab铆a emprendido una investigaci贸n sobre una falsificaci贸n de US$ 100 millones en ingresos. La condici贸n de la empresa pronto se torn贸 peor de lo imaginable: su cotizaci贸n fue sacada del Nasdaq y, a pesar de las medidas adoptadas, tuvo que optar por el Cap铆tulo 11 de la protecci贸n por bancarrota. Cuando termin贸 la revisi贸n, m谩s de un a帽o despu茅s, medio bill贸n de d贸lares de los ingresos de Peregrine se hab铆an evaporado y tres de los ex ejecutivos de Peregrine hab铆an sido acusados de fraude.
A pesar de todo, Peregrine sobrevivi贸. En agosto del 2003, la empresa resurgi贸 de la bancarrota. Ahora tiene un cuarto de su tama帽o original y las presiones externas no han terminado: algunos ex directivos todav铆a esperan ser juzgados. La empresa ha sido capaz de recuperarse, en parte, por la naturaleza de su negocio: vende software a los gerentes de TI para hacerle seguimiento a sus activos en tecnolog铆a, algo que, en la peor de las recesiones, las empresas tienen que hacer. Pero Peregrine tambi茅n le debe su recuperaci贸n a lo que ella es. Por alguna raz贸n, los ejecutivos y empleados se empe帽aron en no dejar morir la compa帽铆a, soportaron los despidos y se enfrentaron a las amenazas de colapso. Los sobrevivientes, se mantuvieron luchando, creyendo en la empresa y en la lealtad de sus clientes.
Cahill gir贸 instrucciones a sus gerentes para que se comunicaran con cada uno de los clientes de Peregrine en todo el mundo, y les garantizaran el suministro de los productos. Se hizo un comunicado a los empleados y se prepar贸 una estrategia comunicacional para sobrellevar la crisis. Pese a las llamadas por ofertas de trabajo que recibieron muchos empleados, estos se mantuvieron en sus puestos esperando por m谩s informaci贸n. Una de las acciones que tranquiliz贸 a muchos fue la designaci贸n de John Moores (billonario propietario de los Padres de San Diego) como gerente y Fred Gerson como CFO. Las acciones surtieron efecto. Poco despu茅s, Peregrine estar铆a firmando una negociaci贸n con el gobierno canadiense que le garantizaba un buen ingreso.
Algunos empleados molestos le echaron la culpa a la actitud arrogante de la gerencia. Otros, acusaron a los altos ejecutivos de haber vendido sus acciones poco antes de que el esc谩ndalo saliera a la luz p煤blica. Parte de estos alegatos eran ciertos.
En junio del 2002, Gary Greenfield fue incluido en la empresa como el nuevo CEO. Present贸 su estrategia r谩pidamente, basada en la atenci贸n a los clientes y en la motivaci贸n de los empleados. La empresa s贸lo contaba con efectivo para los pr贸ximos diez d铆as, por lo que se tomaron medidas como vender el jet de Peregrine. Luego vino la racionalizaci贸n de la fuerza laboral, que tuvo que reducirse de 3 mil empleados a 650. Quienes se quedaron tuvieron que asumir m谩s tareas y soportar m谩s estr茅s, pero tambi茅n m谩s responsabilidad y oportunidades. Para el equipo de ventas, la reducci贸n supuso una mayor presi贸n y se abrieron m谩s territorios de ventas. Greenfield sigui贸 vendiendo activos para asegurar que Peregrine no tuviera que recurrir a la bancarrota, cosa que debi贸 hacer finalmente en septiembre del 2002.
Justo un a帽o despu茅s de que la pesadilla comenzara, la corte confirm贸 el plan de reorganzaci贸n de Peregrine y un mes m谩s tarde los sistemas de la empresa emergieron oficialmente del Cap铆tulo 11.
La realidad, sin embargo, es que est谩n lejos de terminar las angustias para la empresa. Adem谩s del enredo financiero que todav铆a impide a los accionistas conseguir un verdadero cuadro de la condici贸n actual de Peregrine, los cambios de personal contin煤an. En agosto del 2003, la junta directiva reemplaz贸 a Greenfield con un nuevo CEO, John Mutch. El pasado octubre se reorganiz贸 la junta directiva por quinta vez y, a煤n m谩s alarmante, Andy Cahill se fue de la organizaci贸n. Peregrine no hizo comentarios, salvo que Cahill se fue voluntariamente. No deja de preocupar que alguien que jug贸 un papel tan importante para sacar a Peregrine de la crisis se haya marchado.
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Este es el resumen del artículo "Sobrevivir a una muerte corporativa" publicado en Febrero 2004 en la revista Fast Company.
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