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Brasil, al límite del crecimiento



Revista: América Economía
Tema: Negocios en Brasil
Fecha: Febrero 2004
Autor(es): Carlos Vasconcellos
Desde hace tiempo no se percibía tanto optimismo en Brasil. La inflación está controlada, las exportaciones y la balanza comercial baten récords, en poco más de un año el riesgo país cayó de 1.300 a 500 puntos, el escenario externo es favorable y las inversiones extranjeras, al menos a corto plazo, retornaron. La industria también comenzó a reaccionar y las previsiones de crecimiento para 2004 giran en torno al 3%. Sin embargo, algunos se preguntan hasta dónde podrá crecer Brasil con la actual infraestructura de energía y transporte, y con las innumerables regulaciones que enfrenta. Sin inversiones fuertes el crecimiento de este año alcanzará rápidamente el límite posible. Según algunos expertos, el gobierno debería propiciar la infraestructura necesaria para estimular la inversión.

En el sector energético no hay inversiones y sus condiciones continúan siendo precarias. El sector de transporte también presenta problemas. Brasil requiere una tasa de inversión de 8% del PIB para sobrellevar los gastos en energía y construcción civil. Además, según datos de la Associação Brasileira da Indústria de Base (Abdib), Brasil necesitaría US$ 20.000 millones anuales de inversión en infraestructura para que el crecimiento económico sea sostenible.

Una de las armas con las que cuenta el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva es la asociación público-privada (PPP, por sus siglas en portugués); un modelo que muchos dudan sea suficiente por sí solo para atraer a los inversionistas. Algunos piensan que quizás el gobierno esté siendo demasiado optimista con este sistema. Todo dependerá de las regulaciones impuestas.

El sector energético ha sido uno de los sectores más afectados. Brasil perdió casi un año elaborando un nuevo modelo energético que debía estar listo en los primeros meses de 2003. Al final, se creó un modelo en el que coexisten un mercado de contratación libre y otro regulado, que nadie sabe a ciencia cierta si funcionará. Alcoa, el gigante mundial del aluminio, jugó un papel importante al abandonar planes de inversión por US$ 1.000 millones en Brasil, debido a la ausencia de reglas claras. La sumatoria de males también incluye la carga tributaria del sector energético. Brasil es campeón mundial de impuestos en el sector, bordeando 32%.

Uno de los principales logros para garantizar el equilibrio macro es mantener el buen desempeño que las exportaciones mostraron el año pasado. "Algunos segmentos exportadores pudieron crecer en 2003 sin aumentar la oferta, pero si la demanda interna crece, la perspectiva puede ser negativa". En cuanto al sector transporte, el tiempo medio de inventario de la industria brasileña es de 63 días, cuando en EE UU es de 41, diferencia que le cuesta US$ 40.000 millones a Brasil. Los problemas de transporte brasileños comienzan con los camiones, responsables de más de 60% de la carga transportada. Se trata de un sector sin fiscalización o reglamentación. La edad media de la flota de camiones es de 18 años, cuando para ser eficiente y segura no debería pasar los 10 años. Una de las opciones es aumentar el precio del flete por carretera para incentivar el transporte ferroviario y la navegación de cabotaje. Eso no aumentaría el costo final para las empresas, pues haría más eficiente la cadena logística, reduciendo gastos. En el caso de la red ferroviaria, el cuadro del sector es caótico por la falta de inversión de los últimos 20 años.

Naturalmente, los problemas pueden ser superados. "Si resolvemos esos cuellos de botella, es posible sostener un crecimiento medio de 3,5%", dice Castello Branco, de la CNI. "Sólo que ese nivel es insatisfactorio". El ideal, agrega, sería superar ese techo, pues sólo así sería posible resolver la eterna cuestión de la distribución de la renta. Aparte de los problemas de hoy, Brasil tendrá que encarar cuestiones más bien profundas y de largo plazo. "Mejorar el nivel de educación de la población es la base para cualquier ganancia de productividad de la mano de obra", dice. "No es un problema para resolver en dos o tres años, sino un trabajo a largo plazo".




Este es el resumen del artículo "Brasil, al límite del crecimiento" publicado en Febrero 2004 en la revista América Economía.

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