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Créame, soy banquero



Revista: The Economist
Tema: Relaciones con los clientes
Fecha: Abril 17, 2004
Fritz Vogt, de la pequeña ciudad alemana de Gammesfeld, es el dueño de un banco que ha pasado de generación en generación y que forma parte del universo de 1.400 bancos de cooperativas. Vogt es el único empleado, no tiene cajeros automáticos y registra todas las operaciones a mano con la ayuda de una calculadora. Se califica como un anticapitalista y brinda a sus 600 clientes una generosa tasa de ahorros del 3%, entre otros beneficios. Podría calificarse este banco como arcaico pero, ciertamente, Vogt, de 73 años de edad, no ha perdido el contacto humano, cualidad que muchos grandes bancos están tratando de recobrar.

En la actualidad, los grandes bancos están redescubriendo el valor del contacto personal, pese a que, hasta ahora, la tendencia se inclina a automatizar todo (clientes motivados a emplear los cajeros automáticos, a hacer transacciones en línea y llamar a los centros de atención telefónica). Las sucursales se consideraban fuera de moda y muy costosas de mantener. Pero ahora han marcado su regreso, pese a las facilidades que supone la tecnología. La mayoría de la gente prefiere discutir hipotecas, fondos mutuales y otros, cara a cara con personas.

En Estados Unidos el número de sucursales ha crecido en los últimos años, aunque ha bajado el número de bancos. En otras partes del mundo, las sucursales están en descenso, las instituciones se están planteando un nuevo uso de ellas, tomando como modelos experiencias de las grandes cadenas de ventas al detal como Wal-Mart. Así, muchas han cambiado su diseño para parecerse más a tiendas y han hecho énfasis en la necesidad de acercarse al cliente. El cambio también obedece a otras razones. La banca al detal es menos susceptible a los vaivenes del ciclo de negocios que la banca de inversión, por lo que no es de extrañar que durante la reciente depresión y recuperación estadounidense, la banca al detal haya tenido buen desempeño y que en el futuro siga llamando la atención.

De acuerdo con la firma Mercer Oliver Wyman, existen dos razones por las cuales se espera que la industria de servicios financieros crezca más rápido que el PIB. Una es que la proporción de ingreso gastada en servicios financieros se eleva con el ingreso. La segunda, es que la liberación del mercado ayuda a la industria. En economías como la de Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña, los servicios financieros corresponden a 8 o 10% del PIB.

Sin embargo, la banca no es sólo otra industria. Los bancos tienen una función económica especial: reciclar capital de ahorristas a prestamistas. La salud y la rentabilidad de los bancos, es importante no sólo para los accionistas sino para cualquier persona. Si los bancos fallan en la asignación de capital, los resultados pueden ser catastróficos. Si un gran banco está en problemas, puede afectarse toda la economía. Esa es la razón por la que los bancos están regulados de manera diferente a otros negocios.




Este es el resumen del artículo "Créame, soy banquero" publicado en Abril 17, 2004 en la revista The Economist.

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