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Los bancos viven del gobierno



Revista: Revista Poder
Tema: Negocios en Venezuela
Fecha: Junio, 2004
Autor(es): Oscar Medina
Según el economista Francisco Faraco, los bancos venezolanos sobreviven hoy gracias a los depósitos y a los papeles del Estado. A principios de año, la banca privada acumulaba más de 13 billones de bolívares por concepto de depósitos oficiales; el asunto es que el Gobierno se empeña en emitir deuda para satisfacer un apetito voraz por dinero fresco (desde agosto a esta parte, por ejemplo, ha lanzado títulos por unos 6.000 millones de dólares en deuda, para beneplácito de un mercado de altísima liquidez y restringido acceso a la divisa verde). Los bancos están haciendo suculentos negocios comprando deuda con el propio dinero que les coloca el Estado. La Superintendencia de Bancos no se da por aludida y la máquina de la revolución sigue beneficiando al sector financiero que para el primer trimestre del año ya sumaba más de 14.000 millones de bolívares en colocaciones oficiales y registraba una rentabilidad por encima de 50%, haciendo a un lado la intermediación.

Francisco Faraco, analista bancario y presidente de la calificadora de riesgo Faraco y Asociados, explica que del total de fondos globales que maneja la banca, casi 20% son fondos del Gobierno, cifra descomunal e inexplicable dentro de cualquier sistema, lo que evidencia una situación de abierta incompetencia o de soterrada corrupción de ambas partes. Mientras Venezuela se sigue endeudando en bonos, los depósitos del Estado en la banca se incrementan. Y el Estado se sigue endeudando, es decir, sigue poniendo el dinero para que le compren sus propios bonos.

En cuanto a la intermediación financiera, no hay. La participación del crédito en el balance no llega ni siquiera al 20%. Y en cuanto a los pasivos, la situación también es grave ya que hay una proporción de fondos oficiales, abiertos o encubiertos, igualmente descomunal. Por tanto, la estabilidad de la banca venezolana queda atada al equilibrio y capacidad de pago del Estado. En cuanto a la respuesta de la banca privada, la justificación que han dado es que la demanda crediticia ha caído y que como hay recursos y hay que remunerarlos, se le presta al Gobierno.

Otro problema lo conforman las relaciones entre la banca y el Estado venezolano. Casi 40% del presupuesto nacional está depositado en la banca, por lo que se tiene a un Estado haciendo un enorme esfuerzo por conseguir ingresos ordinarios (impuestos) o extraordinarios (deudas) sólo para después depositarlos en la banca. El estímulo sobre el sistema económico no existe y el Estado sigue alentando el círculo vicioso. La única explicación al respecto es el robo (el volumen de recursos que mantienen en la banca los entes descentralizados –empresas del Estado y administradores regionales– es infinitamente mayor que el que mantiene el gobierno central). Los bancos regionales hoy en día son realmente tesorerías de la administración local.

En cuanto a los riesgos, Faraco explica que el más grande tiene que ver con el enorme caos monetario que hay en el país. Existe un excedente de liquidez enorme y una base monetaria sumergida que es casi igual a la base monetaria declarada por el Banco Central. En el momento en que esa base vaya subiendo de invisible a visible los niveles de liquidez pueden llegar a ser estrambóticos. El Gobierno mantiene la represión en el sistema cambiario para crear una demanda por sus papeles a costa de estrangular la economía. Venezuela va hacia un desbocamiento monetario de la economía, hacia una moneda cada vez con menor respaldo en divisas y por ende a la hiperinflación e hiperdevaluación.

Las causas entre otras, según el experto, son el deseo de un gobernante que se ha caracterizado por ser un hombre que no tiene contención en lo que se refiere al uso de los recursos públicos y, por otra, los intereses mercantiles de un grupo de hombres que han visto oportunidad en la conducta díscola del Presidente.




Este es el resumen del artículo "Los bancos viven del gobierno" publicado en Junio, 2004 en la revista Revista Poder.

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