|
|
El veredicto justo sobre la constituci贸n | 
|
| La tarea de aprobar una nueva constituci贸n por parte de los 25 pa铆ses de la Uni贸n Europea no es cosa f谩cil. El texto que se obtuvo el pasado 18 de junio debe ser lo mejor que se ha logrado considerando las necesidades e intereses diferentes de cada pa铆s. Algunos pa铆ses han convocado a consultas nacionales, mientras otros s贸lo tienen que ratificar el documento mediante sus parlamentos. Pero realmente muchos se har铆an un favor si rechazan el tratado y optan por presionar para obtener una mejor versi贸n.
El proyecto de una nueva constituci贸n con el objetivo de eliminar o reemplazar los tratados existentes ten铆a en mente diferentes preocupaciones como: demasiados poderes ejercidos a nivel europeo m谩s que a nivel nacional, carencia de escrutinio democr谩tico e instituciones y pr谩cticas demasiado r铆gidas y dif铆ciles de entender. Pero de hecho, el nuevo tratado constitucional se enfoca en un genuino pero diferente problema: c贸mo tomar decisiones m谩s r谩pidamente en la ahora engrandecida Uni贸n Europea.
Si se mide el nuevo tratado en funci贸n de dicho problema, el documento es un 茅xito, pero el punto o asunto clave de una constituci贸n, no es simplemente hacer m谩s llevadero el proceso de gobierno sino, de alguna manera, todo lo contrario: es asegurarse que el Gobierno se da bajo reglas claras, de manera que sea dif铆cil que 茅ste evolucione en formas que los ciudadanos calificar铆an de inaceptables. De otra manera, la efectividad podr铆a ser alcanzada a expensas de la legitimidad popular y finalmente tener una repercusi贸n negativa. All铆 es donde falla la nueva constituci贸n europea. El nuevo tratado no da a los ciudadanos un sentido de control sobre el proceso del gobierno europeo o la evoluci贸n de la Uni贸n Europea.
Las protecciones a la subsidiariedad, asegurando que los asuntos son tratados a su justo nivel, son en el mejor de los casos, d茅biles, y no existentes, en el peor: los parlamentos nacionales son invitados a hablar si creen que la subsidiariedad ha sido burlada, pero la Comisi贸n Europea est谩 escasamente obligada a tomar nota. Un procedimiento conocido como 鈥渇reno de emergencia鈥, permitir谩 a los Gobiernos que no se sientan a gusto con las medidas en seguridad social o justicia, quedar fuera de ellas, pero la provisi贸n es tan vaga que resulta poco claro c贸mo trabajar谩 este proceso.
La carencia de subsidiariedad, de control, de cualquier sentido real de estabilidad constitucional son las fallas fundamentales de este tratado. La Uni贸n Europea s铆 necesita un proceso m谩s eficiente de toma de decisiones para la actual configuraci贸n o para la forma futura que tome cuando se sumen m谩s pa铆ses, pero si los votantes van a sentirse a gusto con tal eficiencia y expansi贸n, tambi茅n necesitar谩n una constituci贸n que estabilice y controle el proceso adecuadamente. Tal constituci贸n no puede alcanzarse simplemente por negociaciones intergubernamentales, necesita del respaldo de los votantes. Esa es la raz贸n por la cual el mejor resultado en las diez consultas nacionales que faltan ser铆a un contundente voto negativo.
|
Este es el resumen del artículo "El veredicto justo sobre la constituci贸n" publicado en 26 Junio, 2004 en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Pol铆tica.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|
