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Capitalismo de grasa de ballena



Revista: Forbes
Tema: Industria de energía y petróleo
Fecha: Octubre 11, 2004
Autor(es): Laura Saunders
El capitalismo estadounidense floreció en el siglo XIX en la ciudad de New Bedford gracias a la grasa de ballena. Esta industria, a diferencia de las de su época, era tecnológicamente innovadora y sofisticada en cuanto a su organización. A pesar de su declive, que comenzó con la Guerra Civil, sus descendientes corporativos incluyen a titanes como: Standard Oil, General Motors, R.H. Macy y Berkshire Hathaway. Antes de que el combustible viniera del subsuelo, primero se obtenía de las ballenas. El producto más preciado era el aceite que se obtenía de la cabeza para el alumbrado público y las lámparas de las casas. Los huesos también se empleaban para fabricar paraguas y corsés femeninos. Hasta se exportaban los materiales a Gran Bretaña. Los cuáqueros llegaron a mejorar el negocio, trasladando las fábricas a los botes de caza de ballenas y lograron sacar más provecho de los viajes al océano.

Pero el desarrollo más importante de este comercio ballenero no fue técnico sino financiero y organizacional. La actividad era tanto de capital intensivo como altamente riesgosa. Se necesitaba mucho dinero (cerca de US$ 20.000) para una época en que una granja costaba US$ 2.500, mientras los peligros abundaban. Se destruían muchas naves en la faena y algunas regresaban a tierra sin mercancía. Los mercaderes respondieron a estos retos diversificando el riesgo y haciendo dinero en cada paso del camino. Los agentes organizaban los viajes y compraban seguros de empresas locales para protegerlos. Y recolectaban sumas por varios servicios más que ganancias netas. No se pagaba a los marineros un salario sino un beneficio por lo que se obtuviera (como podría ser hoy en día con las acciones).

Dadas las condiciones desfavorables de las tripulaciones que se sumaban a estos viajes, una vez que empezaron a florecer otros sectores, los trabajadores optaron por otras fuentes (tal como sucedió cuando se descubrió petróleo en 1859). Los nuevos comerciantes de Bedford no se hundieron con sus naves sino que cambiaron de ramo, como el textil. Para 1880, Bedford era el cuarto productor más grande de tela de Nueva Inglaterra. Así se dejaron escuchar nombres como Rowland Hussey Macy, quien se volvió un excelente vendedor al detal e innovador en el área publicitaria. Macy Josiah II fue un petrolero que se volvió rico y William Crapo Durant un visionario que hizo de GM una compañía automovilística totalmente integrada. La más famosa descendiente de balleneros fue Hetty Green, conocida como la bruja de Wall Street, la mayor inversora de Estados Unidos que dejó una fortuna mil millonaria. En su infancia, en Nuevo Bedford, le leía las páginas financieras a su padre y prefería estar cerca de él a ir a la escuela. También existe una línea genealógica de mercaderes de ballenas que lleva hasta Warren Buffett.




Este es el resumen del artículo "Capitalismo de grasa de ballena" publicado en Octubre 11, 2004 en la revista Forbes.

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