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El dragón y el águila |
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| Los productores estadounidenses y los productores chinos han liderado el auge económico global. China está creando riqueza genuina, pero la bonanza de Estados Unidos está en parte basada en una ilusión. Si los consumidores estadounidenses y los productores chinos se retiraran al mismo tiempo, el crecimiento global podrÃa caerse. Antes, el gran coloso asiático apenas era mencionado, ahora es difÃcil ignorarlo. Su auge ha impulsado la demanda energética y con ella los precios del petróleo. Sus compras masivas de dólares explican por qué la moneda no ha caÃdo más. Y mucha gente culpa a este paÃs de la crisis de empleo estadounidense, debido al outsourcing y a la supuesta entrada a gran escala de importaciones chinas.
China no es solamente un gran productor, sino un gran mercado. Sus importaciones crecieron 40% el año pasado y se ha transformado en la locomotora de Asia. Durante el año pasado, sus dirigentes trataron de enfriar la economÃa y al parecer lo lograron. Tanto la inversión como el crédito bancario se han retrasado un poco. Su repunte es, en parte, producto de la relajada polÃtica monetaria de la Reserva Federal. Algunos analistas comparan esta época en China con la burbuja estadounidense de finales de los años noventa; no obstante, como algunos inversionistas consideran, mucha de la exuberancia china es racional. Si China continúa con sus reformas, disfrutará de un crecimiento más rápido que cualquiera que haya podido tener Estados Unidos. En una década será probablemente el importador y exportador más grande del mundo, y algún dÃa podrá sobrepasar a Estados Unidos como la economÃa más grande del mundo.
Pero el camino hacia la prosperidad no está libre de riesgos. Las economÃas pueden realmente hacerse ricas sólo mediante un incremento en el crecimiento de la productividad, bien sea por avances tecnológicos o por una producción más eficiente gracias al comercio internacional. AsÃ, la integración de China en la economÃa del mundo crea riqueza genuina. Pero lo mismo no puede decirse de la riqueza producida por las burbujas bursátiles o del mercado inmobiliario. Hasta hace poco, la gente del mundo veÃa más fácil hacer dinero subiendo los precios de los activos que de trabajando. Pero, en los últimos cuatro años, el valor de los inmuebles en Estados Unidos se ha incrementado considerablemente, haciendo que los estadounidenses se sientan más ricos y menos inclinados a ahorrar. Pero mucha de esta nueva riqueza es una ilusión, ya que no proviene del incremento de la riqueza del paÃs como un todo.
China podrÃa ser culpada por la creación de esta falsa ilusión en las economÃas ricas, ya que los bancos centrales han sido lentos en medir las consecuencias de la rápida integración de China a la economÃa mundial. Mediante la producción de bienes más económicos y ayudando a mantener baja la inflación y las tasas de interés en las economÃas ricas, China puede haber ayudado indirectamente a estimular la excesiva creación de crédito y de burbujas de precios de activos. La inflación se ha mantenido baja, pero el exceso de liquidez ahora fluye en los precios de los inmuebles y las acciones, más que en los precios de bienes y servicios.
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Este es el resumen del artículo "El dragón y el águila" publicado en Octubre 02, 2004 en la revista The Economist.
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