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Brasil: apostando a los trabajadores pobres



Revista: Business Week
Tema: Negocios en Brasil
Fecha: Enero 24, 2004
Autor(es): Jonathan Wheatley
Rosemary de Fatima Nunes de Almeida abrió su primera cuenta bancaria hace dos meses. Es una cuenta diferente. El Banco Popular do Brasil no la hizo pasar por un penoso proceso. Ni siquiera le pidió pruebas de sus ingresos, lo que es importante, pues Nunes de Almeida sólo recibe efectivo en su negocio. “Traté de abrir una cuenta en otros bancos, pero me pidieron tantos requisitos que me di por vencidaâ€, señala. Ahora, Nunes puede aceptar cheques sin tener que pedirle a alguien que los cobre en el banco. “No tiene idea de lo importante que ha sido esto en mi vidaâ€, concluye.

Nunes formaba parte de los 40 millones de brasileños que no tenían acceso al sistema financiero. Igual que ella, no eran capaces de presentar todos los papeles requeridos, o se sentían demasiado intimidados. Otros, sencillamente no tenían adónde ir: de las 5.500 municipalidades de Brasil, 1.700 no contaban con servicios bancarios. Esto significaba que un gran número de personas no podía ahorrar dinero, tener acceso a créditos o contar con un expediente financiero de los necesarios para comprar un carro o pedir una hipoteca.

Pero esta situación está cambiando gracias a nuevas leyes que permiten a los bancos ofrecer un nuevo tipo de cuentas diseñadas especialmente para la gente pobre. Hoy en día, cualquiera que tenga su identificación y número tributario puede abrir una cuenta bancaria. Además, no es necesario ir al banco para abrirla: las nuevas cuentas están disponibles en las oficinas de correo, las ventas de comestibles y las gasolineras.

Esta es una buena oportunidad para los bancos brasileños, pues el costo es muy bajo. Los gastos generales son mínimos, pues no hay sucursales bancarias. El capital invertido es casi cero, pues según las nuevas leyes, los bancos pueden usar hasta 2% de sus reservas para hacerles préstamos a los pobres. El interés sobre dichos préstamos no puede superar 2% mensual, en comparación con 10% o 12% de la banca normal. Además, los préstamos no pueden ser mayores a US$ 110 para personas, y US$ 370 para pequeñas empresas.




Este es el resumen del artículo "Brasil: apostando a los trabajadores pobres" publicado en Enero 24, 2004 en la revista Business Week.

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