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Deteniendo a los malos



Revista: Forbes
Tema: Seguridad y defensa
Fecha: Enero 31, 2005
Autor(es): Christopher Helman & Chana R. Schoenberger
Desde el 11 de septiembre, la industria nuclear ha gastado casi US$ 1 mil millones en mejorar la seguridad de las plantas. Con ese dinero se paga, entre otras cosas, 8.000 guardias armados. Las fuerzas de seguridad detienen a cualquier automóvil que se acerque a 200 pies de un reactor y lo revisan en busca de bombas explosivas. Una vez adentro, los vehículos son revisados minuciosamente en unas instalaciones laberínticas, mientras más guardias armados vigilan desde torres. Por no hablar de las docenas de cámaras instaladas en los reactores. Pero, ¿será esto suficiente para prevenir lo peor?

1. Terroristas asaltan un reactor y tratan de robar uranio o plutonio para hacer una bomba: esto resultaría demasiado difícil. Aun si los terroristas lograran sortear todos los puntos de revisión y los guardias armados, tendrían aún que vérselas con las entrañas del reactor, protegidas por varias compuertas de seguridad activables remotamente. Además, hay problemas de transporte: los terroristas no pueden cargar con uranio sin protección alguna, pues se verán expuestos a una dosis letal de radiación.

2. Terroristas estrellan un avión contra un reactor: aun menos posible. Según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones de Energía Eléctrica, la colisión de un avión Boeing 767 de 456.000 libras de peso, volando a 350 millas por hora contra un reactor puede arruinar la capacidad de producir energía de este último; pero no derribaría el escudo de cemento que lo protege.

3. Terroristas atacan un tren o un camión que trasporta desperdicios nucleares: está es difícil. Un ataque con un misil abriría un hueco del tamaño de una toronja en los depósitos especiales para transportar este tipo de material, lo que supondría la fuga de una cantidad muy reducida de radioactividad.




Este es el resumen del artículo "Deteniendo a los malos" publicado en Enero 31, 2005 en la revista Forbes.

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