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Instantáneamente internacional



Revista: Inc
Tema: Emprendedores
Fecha: Junio 2005
Autor(es): Darren Dahl
John Buckman nunca había dirigido un negocio global. Sin embargo, eso no fue una barrea para que creara una compañía global desde el principio. A Buckman nunca le había interesado el negocio de la música, pues lo consideraba corrupto e injusto con los artistas. Pero ahora tenía un problema personal: su esposa, Jan Hanford, compositora de música electrónica, acababa de ser despedida de su sello disquero debido a las escasas ventas en Estados Unidos. Buckman y Hanford estaban indignados, si bien no sorprendidos: la música electrónica no tiene mucho éxito en Estados Unidos, sino en países como Singapur, México o Israel. Si Hanford pudiera llevar su música directamente hasta estos mercados.

Esta es la razón por la que Buckman lanzó Magnatune.com, un sello disquero “en línea”. La decisión de Buckman de crear una compañía global desde un principio es algo que mucho consideran demasiado riesgoso. Después de todo, cuando una compañía se expande, primero debe hacer mercadotecnia local; luego, regional; y, finalmente, nacional. Sólo después de dar estos pasos puede pensar en expandirse globalmente. Pero este paradigma está quedando rápidamente atrás, gracias a la Internet, que brinda a los vendedores canales de distribución globales, y a los compradores la posibilidad de encontrar productos que no pueden ser obtenidos localmente.

El reto es llegar a esos clientes, sobre todo cuando no hablamos el idioma y carecemos de contactos locales. En el otoño del 2002, Buckman asumió el riesgo e invirtió US$ 1 millón de su propio bolsillo. Comenzó con la ciberpágina. En este sentido, se preocupó por que los precios estuvieran también en moneda local y que las planillas para ordenar incluyeran las direcciones de otros países. Esto es algo que las compañías principiantes no suelen hacer. Además, se aseguró de que toda la interfaz funcionara con el servicio de traducción de Google.

Seis meses después, Magnatune estaba lista para operar. Ahora Buckman necesitaba artistas. “Fue como el cuento de la gallina y el huevo”, señala. Magnatune triunfaría sólo si contaba con buenos artistas, pero muchos de estos no estaban dispuestos firmar con una compañía recientemente creada. Sin embargo, Buckman logro firmar con 20 artistas que accedieron a poner su música “en línea”. La ciberpágina ha logrado una clientela de 10.000 melómanos.




Este es el resumen del artículo "Instantáneamente internacional" publicado en Junio 2005 en la revista Inc.

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