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La salida más fácil



Revista: América Economía
Tema: Negocios en México
Fecha: Agosto 2005
Autor(es): Diego Fonseca y Laura Suárez Samper
Hace unos meses, un sueño se había metido en la duramadre del empresariado mexicano: la bella Europa. Todo eso iba a ser posible cuando dos glorias del corporativismo mexicano, Televisa y América Móvil, comenzaran a abrir sus negocios en España. Sueños vanos. De los planes de Televisa, ni noticias. Y Carlos Slim, cuyo colmillo se veía sobre la telefónica celular española Amena, metió reversa y sigue echando combustible a América Latina. España se antojaba como la puerta de entrada de México a la Unión Europea (UE), una alternativa para que las exportaciones se suelten del abrazo del oso de Estados Unidos. Allí va el 88% de sus exportaciones y EE.UU. es el principal responsable de la inversión extranjera directa en México.

Aunque la relación se ha vuelto pesada como la piedra de Sísifo, la tendencia a la concentración en EE.UU. comenzó a revertirse. Entre 2000 y 2004, las ventas a EE.UU. subieron un 12% en volumen, pero los embarques a la UE lo hicieron un 16%, un 24% a los países miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) y a Centroamérica, y un brutal 105% a Asia. La mala nueva es que ese cambio de aire no es suficiente. En la práctica, entre 2000 y 2004, EE.UU. apenas bajó en un punto porcentual su preponderancia como destino exportador.

Ahora, si en 2004 México registró un superávit de US$ 52.229 millones con EE.UU. ¿por qué no olvidarse del asunto? Por la necesidad de reducir el riesgo. Las razones fundamentales de la concentración de exportaciones mexicanas a EE.UU. son la proximidad, el acceso preferencial de productos a EE.UU. vía Nafta y el desempeño exportador de la industria maquiladora y del programa de importación temporal para producir artículos de exportación (Pitex), que permite importar insumos sin pagar impuestos de ingreso, IVA y cuotas compensatorias. Por la maquila y el Pitex el último año se importaron insumos que representaron casi el 52% de las exportaciones mexicanas. Sin contar el petróleo, la reexportación de esos insumos alcanzó al 59% de las ventas.

¿Qué dice esto? Que el grueso del intercambio comercial entre México y EE.UU. pasa por gigantes como GM, Ford Motor Co., DaimlerChrysler e IBM y maquiladoras de la talla de Delphi, Motorola, SCI Systems y Deltronics. O sea, demasiada poca gente. Lo que completa el cuadro es que México se ató las manos con el resto del mundo. No sólo el crecimiento del intercambio comercial con bloques extra-Nafta es marginal, sino que es deficitario. Con la UE el déficit pasó de US$ 9.125 a US$ 14.445 millones entre 2000 y 2004, y con Asia, de US$ 18.081 a US$ 40.704 millones. Sólo Centroamérica arrojó superávit en 2004, pero es tres veces inferior a los US$ 1.236 millones obtenidos en 2000. La UE es la oportunidad desperdiciada por México para salirse del abrazo del oso.




Este es el resumen del artículo "La salida más fácil" publicado en Agosto 2005 en la revista América Economía.

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