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Bilantropía



Revista: The Economist
Tema: Gerencia Social
Fecha: Julio 01, 2006
Warren Buffett, inversionista de Nebraska que asegura estar destinado a “asignar capitalâ€, acaba de asignar la mayor cantidad de dinero para causas filantrópicas de la historia. Y lo más sorprendente es que Buffett puso su ego de lado y le dio el dinero a una fundación con el nombre de otra persona. Gracias a los miles de millones de Buffett y a los US$ 30 mil millones que poseían de antemano, Bill y Melinda Gates estarán a cargo de una fundación del tamaño de una multinacional como Disney, Dell y Honda. La generosidad de Buffett debe ser tomada en cuenta no sólo por su magnitud, sino como ejemplo para los plutócratas. Buffett y Gates están interesados tanto en el gesto como en la donación que hacen.

La necesidad de dar y ser visto dando es casi tan universal como la necesidad de adquirir y ser visto adquiriendo. Los grandes filántropos, que poseen ambos impulsos a un nivel inusual, son una parte pequeña pero vital de los intentos por hacer algo. Hospitales, escuelas, iglesias, museos, etc. llevan a cabo la mayor parte del trabajo, que los expertos de la Universidad Johns Hopkins calculan en US$ 1,3 billones, es decir, 5% de PIB, en 35 países estudiados a finales de los años noventa. Las donaciones privadas llegan sólo a un décimo del gasto en caridad. Incluso en Estados Unidos, hogar de los mayores filántropos, las instituciones de caridad reciben la mayoría del dinero a partir del gobierno. Pero dicho décimo, y fundaciones como la de Gates, importan más allá de su tamaño.

Según un reciente estudio realizado por Bill Bradley, ex senador y consejero de McKinsey, las instituciones de caridad malgastan mucho dinero. Si estuvieran bien administradas, continúa el estudio, Estados Unidos se habría ahorrado decenas de miles de millones de dólares. Los filántropos deberían utilizar su influencia para que esto sucediera. Y la Fundación Gates es un buen ejemplo. A diferencia de los capitalistas de riesgo detrás de la industria estadounidense de programas informáticos, Gates es un filántropo de riesgo: apoya planes, los evalúa y se deshace de los que no sirven. Esta es una tarea compleja, razón por la cual Gates tiene pensado trabajar a tiempo parcial en Microsoft.

Otro secreto es especializarse. Las pequeñas donaciones repartidas entre diversas causas causan menos efectos que las grandes donaciones concentradas en un único sector. Por ejemplo, la Fundación Rockefeller se asegura de que miles de millones de personas reciban alimentos y servicios médicos. Por su parte, Gates se concentra en ciertas enfermedades en países pobres y en el desarrollo de medicinas que puedan acabar con los males.




Este es el resumen del artículo "Bilantropía" publicado en Julio 01, 2006 en la revista The Economist.

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