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Apedreando al mensajero |
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| Se empeora el clima de tensi贸n entre el populista presidente venezolano Hugo Ch谩vez Fr铆as y los propietarios de medios de comunicaci贸n privados. Ellos lo llaman dictador. El mandatario a su vez los acusa de golpistas, porque las principales estaciones de televisi贸n act煤an como armas de propaganda de la oposici贸n y sus due帽os han conspirado con pol铆ticos y generales. De all铆 que Ch谩vez diga que los medios est谩n libres de toda censura gubernamental.
Pero los medios enfrentan otra realidad. De acuerdo a un nuevo reporte de la organizaci贸n Human Rights Watch, hasta febrero del 2003 y en un lapso de 13 meses, hubo al menos 130 ataques f铆sicos a periodistas venezolanos. La mayor铆a de las v铆ctimas pertenec铆an a los llamados medios de la oposici贸n, mientras que los atacantes eran seguidores del gobierno. Las autoridades condenaron tales sucesos, pero no se hizo nada para contenerlos. En lugar de ello, el Gobierno est谩 intentando revocar las concesiones de transmisi贸n a las televisoras bajo el argumento de regular ciertas violaciones.
Mientras, el Congreso est谩 a punto de aprobar una nueva ley que dar铆a paso a una Comisi贸n de Medios (una rama del gobierno, seg煤n Human Rights Watch) y le otorgar铆a a este nuevo instrumento amplios poderes para multar y cerrar estaciones de radio y televisi贸n. Las nuevas reglas, que apuntar铆an a la protecci贸n de la infancia, impedir铆an la transmisi贸n de noticias y opiniones, especialmente en un horario de 6am a 8pm. Parece una f贸rmula de autocensura para los medios, sin que necesariamente se manche la supuesta intenci贸n gubernamental de respetar la libertad de expresi贸n.
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Este es el resumen del artículo "Apedreando al mensajero" publicado en Mayo 24, 2003 en la revista The Economist.
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