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La bolsa y la vida



Revista: América Economía
Tema: Finanzas
Fecha: Mayo 2007
Autor(es): Javier Santiso
A fines de abril de 2007, en sólo una semana, tres eventos internacionales tuvieron lugar en América Latina. El Foro Económico Mundial de Davos, la Coface (uno de los mayores operadores de seguros para crédito exportador) y el Banco Central de Chile organizaron eventos de gran prestigio. En todos China polarizó la atención y los debates.

No es casualidad que estos tres eventos con resonancias chinas tuvieran lugar en un mismo país, en Chile. En 2006, el 36% de las exportaciones de este país fueron a Asia, con China absorbiendo 12% del total. Chile es simbólico del tropismo cada vez creciente de América Latina hacia el continente asiático, como lo señala un estudio de la OCDE (The visible hand of China in Latin America, París, 2007). Todos estos eventos tuvieron lugar unas semanas después de que China oficializara su candidatura para sumarse al Banco Interamericano de Desarrollo, lo cual le convertiría en el tercer país asiático de la institución.

Esta dinámica entre China y América Latina participa de un cambio mucho más amplio. Estamos asistiendo a la emergencia de un capitalismo multipolar en el cual el protagonismo de los países OCDE ya no es exclusivo. Hace unos cincuenta años, cuando se creó esta institución, los miembros de este club selecto pesaban 75% del PIB mundial. Hoy, ese peso se redujo a 60%. Es más, cuando miramos el dinamismo de las multinacionales, lo que llama la atención es el boom de las inversiones directas extranjeras hechas por los países emergentes. Según las estimaciones realizadas por el Centro de Desarrollo de la OCDE, en 2006, las empresas de los principales países emergentes invirtieron más de US$ 71.000 millones en el extranjero. De éstos, US$ 55.000 millones fueron a parar, hecho inédito, a los países de la OCDE.

Dentro de las economías emergentes, China merece una mención especial. Es también simbólica de la nueva voluntad de internacionalización de las multinacionales emergentes. En 2006, China se convirtió en el tercer principal receptor de inversiones extranjeras directas (IED) en el mundo con US$ 63.000 millones. El logro llamó la atención de todos. Sin embargo, otro dato pasó más desapercibido: en 2006 las inversiones chinas en el extranjero superaron US$ 16.000 millones, 32% más que el año anterior. Si se incluyera a Hong-Kong, ciudad de la cual salen grandes cantidades de inversiones (entre otros lugares, hacia China continental, eso sí), las inversiones extranjeras chinas alcanzaron US$ 56 mil millones.




Este es el resumen del artículo "La bolsa y la vida" publicado en Mayo 2007 en la revista América Economía.

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