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Unas se ganan, otras se pierden



Revista: The Economist
Tema: Industria de energ铆a y petr贸leo
Fecha: Junio 2, 2007
Para ilustrar la monta帽a rusa en la que est谩n montadas las compa帽铆as petroleras Occidentales en su intento de explotar hidrocarburos extranjeros, no hace falta m谩s que ver a BP. El 29 de mayo, el gigante petrolero anunci贸 que regresar铆a a Libia tras 30 a帽os de ausencia. Muammar Qaddafi, presidente libio y quien orden贸 la expropiaci贸n de las operaciones de BP en 1974, le ha permitido regresar a la compa帽铆a para explotar el gas. Al mismo tiempo, otro pa铆s en el que opera BP est谩 reconsiderando los convenios de explotaci贸n. A principios de esta semana, una corte rusa dictamin贸 que no ten铆a la autoridad para revisar la licencia de BP. Y esto abri贸 el camino para que el gobierno ruso debatiera el primero de junio si le revocar铆a la licencia a BP o no.

Seg煤n Tony Hayward, jefe de BP, el negocio en Libia constituye nuestra mayor inversi贸n en exploraci贸n. La firma gastar谩 al menos US$ 900 millones, y quiz谩 tanto como US$ 1,2 mil millones buscando gas. Si lo encuentra, es posible que gaste hasta US$ 800 millones en evaluaciones y varios miles de millones en desarrollos. Sin embargo, a煤n cuando este negocio sea exitoso, BP no obtendr谩 mucho dinero. La compa帽铆a petrolera estatal de Libia recibir谩 cerca de 78% del gas obtenido. Otro socio local tambi茅n recibir谩 una parte. As铆 que BP se quedar谩 con tan s贸lo 19%.

En cambio, todo el mundo consider贸 que BP hab铆a corrido con mucha suerte cuando gan贸 acceso en 2003 a una de las mayores reservas de petr贸leo y gas del pa铆s, mediante la creaci贸n de TNK-BP, de la cual posee la mitad. El mismo Vladimir Putin presidi贸 la firma del acuerdo. TNK-BP cuenta m谩s o menos con un cuarto de la producci贸n petrolera de BP, aunque produce s贸lo un d茅cimo de las ganancias.

Pero Putin no parece muy contento con las inversiones extranjeras en el sector petrolero. El a帽o pasado, la Royal Dutch Shell y sus socios aceptaron, bajo amenaza, vender a Gazprom, la firma petrolera estatal rusa, una parte mayoritaria de un proyecto petrolero llamado Sakhalin II. Adem谩s, Gazprom, que tiene el monopolio de las exportaciones de gas, se rehus贸 a construir un gasoducto para que TNK-BP pudiera enviar gas a China. Dado que no hay m谩s clientes que la poblaci贸n local, el consorcio no ha producido tanto gas como lo estipulaba su licencia. Y esto ha servido de excusa para que los inspectores rusos consideren atacar repentinamente. Es muy posible que el gobierno ordene la confiscaci贸n del campo el primero de junio.




Este es el resumen del artículo "Unas se ganan, otras se pierden" publicado en Junio 2, 2007 en la revista The Economist.

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