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Un nuevo tipo de compañía



Revista: Inc
Tema: Tendencias y futuro
Fecha: Julio 2007
Autor(es): Hannah Clark
Desde cualquier punto de vista, Give Something Back es un negocio próspero. Creada por sus fundadores en 1991 con sólo US$ 40.000, esta compañía de productos para la oficina produjo US$ 25 millones en ventas en 2006. Give Something Back, que dona en caridad más de la mitad de sus ganancias, hubiera podido crecer más rápido si sus fundadores Mike Hannigan y Sean Marx hubieran estado dispuestos a buscar inversionistas externos. Pero, si bien reciben constantes ofertas, siempre dicen que no. La razón: “No podemos ofrecerle a un inversionista la oportunidad de invertir en nosotros y estar seguros de que nuestros objetivos sociales están a salvo”, afirma Hannigan.

Este es un problema que ha perseguido desde hace tiempo a los negocios socialmente responsables. Las compañías públicas están obligadas legalmente a maximizar los retornos para los accionistas, según una interpretación ampliamente conocida de la ley corporativa. En cuanto a las firmas privadas, se trata más de aguantar la presión de los inversionistas. Hannigan y Marx, por ejemplo, temen que su misión social se vea amenazada si un inversionista cambia de idea con respecto a Give Something Back.

Y esta es exactamente la situación que B Lab, una nueva organización sin fines de lucro, quiere evitar. El grupo está creando un nuevo tipo de compañía: la Corporación B (la “B” proviene de “benéfica”). No es tanto una designación legal cuanto un sistema de certificación que le permitirá a los negocios definirse a sí mismos como “socialmente responsables ante los consumidores e inversionistas”. Para llegar a ser una Corporación B, la compañía debe enmendar su acta constitutiva e incluir un artículo en el que quede claro que los gerentes deben tomar en cuenta los intereses de los empleados, la comunidad y el ambiente, en vez de preocuparse sólo por los accionistas. Dichas enmiendas, según B Lab, le permitirán a los emprendedores admitir a inversionistas externos sin el peligro de comprometer los valores de la compañía. “Para nosotros se trata de un gran paso”, señala Hannigan, cuya compañía se volvió recientemente una de las casi dos docenas de Corporaciones B certificadas.

Los emprendedores sociales están ávidos de normas y B Lab no es la única organización que está trabajando en las mismas. Natural Capital Institute, otra compañía sin fines de lucro, también está desarrollando normas para negocios responsables. Sin embargo, B Lab es diferente porque exige la ya referida enmienda de artículos. Pero no está claro si dicha enmienda sea necesaria. Los expertos en asuntos legales están divididos en cuanto a si las compañías están o no obligadas a maximizar los retornos para los accionistas.




Este es el resumen del artículo "Un nuevo tipo de compañía" publicado en Julio 2007 en la revista Inc.

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