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El favorito



Revista: Knowledge @ Wharton
Tema: Recursos Humanos
Fecha: Agosto 21, 2007
El hecho de que el favoritismo exista en el lugar de trabajo no es algo nuevo, si bien suele formar parte de las noticias cuando se trata de casos de alto perfil. Hace dos años, por ejemplo, Harry C. Stonecipher fue forzado a renunciar a la presidencia de Boeing por mantener una relación con una ejecutiva de la misma compañía. Asimismo, el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, tuvo que renunciar tras acusaciones de que había organizado una recolección de fondos para una mujer con la que tenía una relación amorosa.

Como cualquiera que trabaje en una oficina sabe, el favoritismo no está limitado al amor y el sexo. La relaciones familiares y amistosas también pueden acabar con el sentido de justicia de los colegas y acabar con el buen desempeño de la organización. Los dilemas son muy agudos en los negocios controlados por una familia, cuando el fundador debe escoger a su sucesor de entre sus hijos o personas externas a la compañía.

“Todos sabemos que la injusticia genera todo tipo de problemas”, señala Jennifer S. Mueller, profesora de gerencia de Wharton, cuyas investigaciones han demostrado que las organizaciones consideradas injustas por los empleados tienen mayores niveles de robo y calumnias, entre otros fenómenos perjudiciales. Pero, ¿cómo mantener estas relaciones bajo control? No hay una única solución. Los lazos familiares, amorosos y amistosos han sido desde siempre tema de conversación en las organizaciones de todo el mundo. Y cada cultura los considera a su manera, señala Thomas W. Dunfee, profesor de estudios legales y ética de negocios de Wharton.

En muchas partes del mundo, sobre todo en Asia, las relaciones personales son en parte aceptadas para propiciar credibilidad dentro la organización, y se acepta (y hasta se espera) que el padre le pase el negocio a su hijo. Pero el rendimiento puede sufrir cuando quienes toman las decisiones pierden su objetividad y no usan el mérito como criterio. En Estados Unidos es muy común que las compañías se vengan a menos si el dueño coloca a su hijo o hija en el puesto de director general en vez de contratar a otro profesional.




Este es el resumen del artículo "El favorito" publicado en Agosto 21, 2007 en la revista Knowledge @ Wharton.

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