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Una compañía texana en Sudán



Revista: Fortune
Tema: Legal
Fecha: Agosto 06, 2007
Autor(es): Vivienne Walt
La casa en una calle secundaria de Jartum, como tantas otras de la capital de Sudán, acaba de ser construida, y tiene un muro que impide ver a sus ocupantes. Pero estos ocupantes (no hay nombres afuera) necesitan más privacidad que los demás. El logotipo rojo adentro es de una gran compañía estadounidense de servicios petroleros; Weatherford International, con base en Houston, está en un país que acaba de despojar de sus fondos de pensiones a las compañías que operan en Sudán. Pero, ¿qué hace una compañía de Texas alquilando maquinaria y otros equipos en un país cuyo gobierno islámico ha sufrido desde 1997 severas sanciones económicas por parte de Estados Unidos, aparte de que el Congreso ha prohibido cualquier transacción con la industria petrolera del Sudán, mientras que el presidente Bush ha prohibido que 30 compañías sudanesas usen el sistema financiero estadounidense?

La respuesta es que hay una forma de sacarle el cuerpo a la ley. “Sólo le reportamos a Dubai”, señala Tarek Khalil, que dirige la Eatherford Oil Tool Middle East, en Jartum. Las subsidiarias extranjeras de las compañías estadounidenses pueden operar en Sudán si “no está involucrada la casa matriz o algún estadounidense”, asegura Molly Millerwise, vocera del Tesoro. Pero, entonces, ¿por qué no hay más compañías dispuestas a aprovechar el mercado sudanés? “Cuando la gente se entera de que estás haciendo esto, te critica inmediatamente”, dice Michael Jacobson, ex funcionario del Tesoro y ahora agregado del Instituto Washington para las Políticas del Cercano Oriente.

Baker Hughes, la competencia de Weatherford, sacó el año pasado su subsidiaria del Sudán. “Había una condena unánime de lo que estaba sucediendo en Sudán”, dice el director de inversiones Gary Flaharty, en Houston. Trece estados decidieron quitarles los fondos de pensión a las compañías extranjeras en Sudán, y los activistas dicen que es posible que el próximo objetivo sean las compañías con subsidiarias. “Estas compañías han estado volando hasta ahora fuera del alcance del radar”, señala Jason Miller, consejero político del Sudan Divestment Task Force, en Washington. “No están acatando las leyes. Ellos lo saben, y cuando el público se entere, habrá protestas”.

Carine Bouery, vocera de las oficinas de la subsidiaria de Dubai (a las que les reporta Khalil), le dijo a Fortune lo siguiente: “No podemos decir nada sobre que estamos en Sudán. Es demasiado delicado”. En Houston, Andy Becnel, director financiero de Weatherford, dice que está consciente del problema, pero insiste en que la compañía se rige por la ley. Sin embargo, reconoce que la presión de los activistas podría impulsar un cambio. “Si algo fuera demasiado impopular, los accionistas podrían pedir que la compañía se fuera del país”.




Este es el resumen del artículo "Una compañía texana en Sudán" publicado en Agosto 06, 2007 en la revista Fortune.

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