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Trabajar para el enemigo



Revista: Fast Company
Tema: Gerencia Social
Fecha: Septiembre 2007
Autor(es): Danielle Sacks
“Hasta el día de hoy no quieren hablar conmigoâ€, señala Adam Werbach. Sus clientes (mejor dicho, sus ex clientes) lo despidieron cuando se supo el año pasado que este trabajaría con Wal-Mart. Está claro que mucha gente está dispuesta a hacer concesiones sólo por trabajar con la mayor compañía del mundo. Pero para Werbach, de 34 años de edad y ambientalista profesional, el costo de trabajar con Wal-Mart se ha vuelto personal. Algunos de sus viejos amigos no le hablan. Sus antiguos colegas creen que se vendió. Y, además, están las amenazas. “Una vez asistí a un evento y alguien se me acercóâ€, recuerda Werbach. “Me dijo: ‘No me sentiría seguro si fuera tú. Hay gente muy dolidaâ€. Ya Werbach no da conferencias sin guardaespaldas.

Werbach ha dado un salto que puede ser considerado innovador o ingenuo, dependiendo del punto de vista. Anteriormente, era líder del mundo ambientalista; presidente del Sierra Club a los 23 años de edad; autor del libro Actúa ahora y discúlpate luego, en el que decía que Wal-Mart era “una nueva toxina que podría causar estragos en cualquier lugarâ€. Pero fue muy lejos al aceptar el trabajo en Wal-Mart el año pasado. Hasta las compañías sin fines de lucro que trabajaban con su firma consultora, Act Now, le dieron la espalda. Nadie quiere ayudar a una persona que le vende sus servicios al monstruo de Bentonville.

Los miembros del Sierra Club, que financia a Wal-Mart Watch (un “perro guardián†que vigila los movimientos de Wal-Mart), le han rogado a Werbach que reconsidere su decisión, y activistas como John Sellers y Barbara Dudley escribieron una carta pública titulada: La muerte de la integridad: Al trabajar con Wal-Mart, el activista Adam Werbach abandonó sus principios.

Para Wal-Mart, haberse ganado la confianza de Werbach es parte de una batalla por redefinirse como ambientalmente progresista. Hay dudas sobre si este es un esfuerzo sincero. Sin embargo, Werbach no es el único activista que ve en Wal-Mart un posible socio para propiciar el cambio. Environmental Defense acaba de abrir oficinas en Bentonville para trabajar más cómodamente con la compañía, aunque el grupo ha tenido el cuidado de no aceptar dinero de la cadena. Hasta el ícono ambientalista Amory Lovins asesora la compañía en materia de políticas ambientalistas. Pero nada de esto le ofrece tanta legitimidad a Wal-Mart como contratar al chico de oro de Sierra Club. Su única misión hoy en día es lograr que Wal-Mart sea reconocida por su sustentabilidad ambientalista.




Este es el resumen del artículo "Trabajar para el enemigo" publicado en Septiembre 2007 en la revista Fast Company.

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