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La prueba del ácido del automóvil eléctrico |
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| Shai Agassi, un ex-ejecutivo de SAP, tiene un plan muy audaz para reducir la dependencia del petróleo: automóviles eléctricos. Hace un poco más de un año, le presentó el proyecto al primer ministro israelÃ, a quien le gustó la idea, y lo retó a que consiguiera cientos de millones en capital de riesgo y que contratara un alto ejecutivo de la industria automotriz; si lo hacÃa, tendrÃa el respaldo polÃtico del gobierno.
Al año, Agassi habÃa conseguido us$200 millones, y el apoyo de Carlos Ghosn, CEO de Renault y Nissan. En Enero de este año nació Better Place, empresa ubicada en Silicon Valley, que venderá los autos y construirá la red de estaciones de carga y reemplazo de baterÃas. El gobierno israelà también ha cumplido, aumentando el impuesto a la gasolina, y comenzando un proyecto para comprar vehÃculos a gasolina y sacarlos de circulación.
Para Agassi, Israel es sólo el comienzo. China, Francia y Gran Bretaña son también mercados potenciales. Si lo logra, y el confÃa que lo hará, estarÃa moviendo los cimientos de dos pilares de la economÃa global: la industria automotriz (de us$ 1,5 trillones al año) y la industria de combustible (también de us$ 1,5 trillones). SerÃa la dislocación económica más grande en la historia del capitalismo.
Las probabilidades están en contra de Agassi, especialmente considerando que no tiene ninguna experiencia en las industrias de energÃa o automotriz. Muchos dudan, además, que la red de estaciones sea económicamente factible (las baterÃas son costosas y complicadas de cambiar). Sin embargo, los actuales precios del petróleo y la amenaza del calentamiento global le pueden dar la oportunidad que necesita.
Better Place tiene una nueva perspectiva sobre el negocio. El problema hasta ahora con los autos eléctricos es que pueden andar unas 50 a 100 millas, y luego tienen que parar por 4 horas para recargarse. La idea ahora es separar la baterÃa del auto, de manera que en la estación desmontarÃan la baterÃa agotada, y la reemplazarÃan por una completamente cargada (en apenas 10 minutos). También construirÃan cientos de miles de aparatos de recarga, similares a los parquÃmetros. Finalmente, tienen la idea de operar el negocio en forma similar a la telefonÃa móvil: vender los autos a bajo precio, y cobrar mensualmente una tarifa por la operación.
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Este es el resumen del artículo "La prueba del ácido del automóvil eléctrico" publicado en Febrero 4, 2008 en la revista Business Week.
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