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El colapso de la manufactura | 
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| La industria fabril también está atrapada en el torbellino de la crisis financiera global. La producción industrial cayó en los últimos tres meses en 3.6% en EUA y 4.4% en Gran Bretaña, pero el colapso es mayor en paÃses que dependen de las exportaciones de productos industriales. La de Alemania en el último trimestre cayó en 6.8%; Taiwán en un 21.7% y Japón en un 12%. La industria está colapsando en Europa Oriental, en Brasil, Malasia y TurquÃa. Miles de fábricas en el sur de China están siendo abandonadas. Habiéndose rescatado al sistema financiero, ahora muchos gobiernos están llamados a también salvar a la industria, que es todavÃa un gran empleador. Y al lado de los banqueros intrigantes, los obreros de las fábricas lucen merecedores. La pregunta es si será correcto darle un apoyo especial.
A pesar de las penalidades que padece, la respuesta es no. La ayuda industrial tiene dos grandes desventajas. 1) los programas gubernamentales son torpes para tratar con las dificultades variadas y cambiantes del mundo industrial. Parte del problema ha sido el desfallecimiento de las finanzas del comercio y la reducción de los inventarios de las empresas, lo que nadie sabe cuánto durará. 2) la ayuda sectorial no se dirige a la causa subyacente de la crisis (una caÃda en la demanda) y al haber demasiada capacidad algunos negocios deben cerrar, no importa cuánta ayuda reciban del Gobierno, que no tiene modo de saber qué empresas salvar. Dar dinero a las que más se quejen o a quienes tengan los lobbyistas más listos, serÃa injusto y malgastador.
Algunos dicen que la manufactura es especial, porque el resto de la economÃa depende de ella, pero esto funciona más como una red en que todo se conecta a todo lo demás, y donde cada productor es también un consumidor. Cada eslabón en la cadena del suministro depende de todos los otros y aunque algunas cadenas tienen puntos de estrangulamiento, eso no justifica una ayuda sectorial. Como regla, los suministradores con diversos clientes y los clientes con diversos suministradores, deben ser más flexibles que si tuvieran dependencia obligada de un gran grupo. En China, la actual falta de demanda posibilita que los clientes encuentren un nuevo suministrador rápidamente si el suyo sale del negocio. Cuando esto es difÃcil, una buena administración podrÃa ser más efectiva que la ayuda estatal.
Al sistema bancario se lo salvó, es cierto, pero no por los banqueros; ni porque la ayuda del Estado fuera a crear una industria financiera eficaz. Incluso los rescates bancarios y planes de estÃmulo defectuosos como los que Barack Obama recien firmó convirtiéndolos en ley, están dirigidos a las raÃces de los problemas de la economÃa: se supone que, salvando a los bancos, se mantiene a las finanzas fluyendo hacia todas las empresas y que el estÃmulo fiscal alzará la demanda. A medida que colapsen las industrias, los gobiernos no deben desgastarse con planes sectoriales. Su tarea es más amplia pero no menos urgente: seguir con los gastos y liberando las finanzas
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Este es el resumen del artículo "El colapso de la manufactura" publicado en Febrero 21, 2009 en la revista The Economist.
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