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Jim Collins: Como prosperar en el 2009



Revista: Inc
Tema: Emprendedores
Fecha: Abril 2009
No hay dos personas más autorizadas para hablar sobre el éxito en los negocios que Jim Collins y Bo Burlingham. El primero es autor de dos exitosos libros Creadas para durar y De buena a grandiosa, y el segundo es editor de Inc. y autor de libros como Pequeños gigantes. Collins y Burlingham se han pasado buena parte de sus vidas profesionales tratando de determinar por qué ciertas compañías tienen éxito mientras otras fracasan.

A continuación, parte de una entrevista que Burlingham le hace a Collins:

Te vi hablando recientemente y me llamó la atención lo que dijiste sobre la evolución del mundo comercial en los últimos cien años. Señalabas que cada 20 o 30 años se da un gran cambio del que sólo nos damos cuenta retrospectivamente. Sí, es cierto. Por ejemplo, a la vuelta del siglo pasado empezamos a ver cómo las corporaciones se habían convertido en la base fundamental de la sociedad moderna. Pero esto no lo hubiera entendido una persona en 1900. Luego, entre más o menos 1920 y 1940, la gerencia se volvió una disciplina fundamental para la sociedad. Más tarde se dio un gran cambio conceptual, que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, a decir, que el trabajo se podía dividir sistemáticamente y luego recomponer de un modo que mejorara con creces el desempeño.

¿Y dónde queda aquí el espíritu emprendedor?. Ese fue el siguiente gran cambio. Hasta más o menos 1980, veíamos al espíritu emprendedor como si fuera arte de magia. Considerábamos que había unos sujetos locos y creativos que no eran como todo el mundo. No trabajaban para los demás sino que creaban sus propias compañías. Pero a partir de la década de los ochenta hubo un gran cambio. Empezamos a reconocer que el espíritu empresarial se obtiene mediante un proceso sistemático y reproducible. Fue así como nos dimos cuenta de que ser un empresario es una opción más. No tiene que ver sólo con el temperamento o la personalidad sino, más bien, con actuar.

¿Cómo definirías el “espíritu emprendedorâ€. La definición tradicional (“fundar una compañía diseñada para producir dineroâ€) es demasiado estrecha. Yo tengo una visión más amplia. Todos decidimos cómo queremos llevar nuestras vidas. Podemos empezar con un lienzo a medio pintar o con un lienzo en blanco. Cuando adoptamos el primer enfoque, tenemos los resultados garantizados. Sabemos lo que pasará. Tal vez sea bueno, pero nunca será una obra maestra. La única forma de obtener una obra maestra es empezar con el lienzo en blanco. El problema es que también es posible que no logremos nada con este enfoque. Así pues, ¿cuál de los dos enfoques adoptaremos? Esta es una pregunta que tiene que ver con la vida, no con los negocios.

Esto tiene que ver con la capacidad de asumir riesgos, ¿no?. En realidad tiene que ver con la capacidad de enfrentar las ambigüedades. La gente suele confundir el riesgo con la ambigüedad. Mis estudiantes suelen decirme: “Realmente me gustaría hacer algo propio, pero no estoy listo para asumir tanto riesgo. Así que me decidí por un puesto en IBMâ€. Y yo siempre les digo: “¿No estás listo para asumir riesgos? ¿Cuál es la primera regla al invertir? No poner todos los huevos en la misma cesta. Pero tú acabas de poner todos tus huevos en una cesta manejada por otra personaâ€. El emprendedor sabe lo que es el riesgo. Lo ve. Lo entiende. Lidia con el mismo. Pero si entramos a trabajar en una compañía ajena, es posible que no estemos al tanto de los riesgos. Esta es una situación más peligrosa que la del emprendedor. Es menos ambigua, pero más peligrosa. En todo caso, siempre hay cierta ambigüedad. Es imposible predecir el futuro.

¿Qué ha cambiado en los últimos diez a treinta años para alguien que quiere montar un negocio hoy en día?. Las habilidades necesarias. Hoy en día es preciso aprender todo el tiempo. Por ejemplo, tenemos que aprender a gerenciar el tiempo. Tenemos que aprender a hacer de primero lo más importante. Antes tratábamos de establecer qué llamada telefónica no atenderíamos. Hoy en día tenemos que evitar el correo electrónico. Lo más importante es saber distinguir la información útil de la información superflua. Esta es una habilidad completamente innecesaria hace 50 años.




Este es el resumen del artículo "Jim Collins: Como prosperar en el 2009" publicado en Abril 2009 en la revista Inc.

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