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Todavía mucho que aprender



Revista: The Economist
Tema: Negocios en Brasil
Fecha: Junio 6, 2009
En estos días, Brasil tiene mucho a su favor (una política estable, una sociedad abierta y armoniosa, y una economía que se ha recuperado después de décadas de estancamiento), pero cuando se trata de la calidad de las escuelas, se sitúa en un nivel muy bajo, incluso por debajo que otros países en desarrollo, a pesar de su fuerte gasto público en educación. El estado deplorable de los centros educativos de Brasil muestra que este sector está frenado o, en el mejor de los casos, está progresando, pero muy lentamente.

Brasil difícilmente llegará a tener más dominio mundial con un país donde el 45% de los jefes de las familias pobres tienen menos de un año de escolaridad. Hoy en día, Brasil todavía invierte mucho más en sus universidades que en enseñar a los niños a leer y escribir. Pero gracias a programas de incentivo, el 97% de los niños entre las edades 7 y 14 ya tienen acceso a la escolaridad y la asistencia por parte de los mismos es elevada.

La labor de mejorar este sector corresponde a los gobiernos estatales y municipales. Ellos enfrentan muchos problemas, pero destacan dos: el ausentismo injustificado de los maestros (que, en algunos estados y en las escuelas administradas por los gobiernos estatales, puede llegar a 30% en un día) y demasiados alumnos repitiendo años escolares una y otra vez (muchos de ellos abandonan la escuela antes de completarla, después de varios intentos fallidos). Sólo el 42% de los alumnos termina todos los años de estudio.

Mejorar la calidad de las escuelas para que más niños pasen su año escolar aumentaría la cantidad de dinero disponible por cada alumno. Para lograr esto, Brasil necesita profesores calificados, pero son muy escasos. Muchos tienen dos y tres puestos de trabajo en diferentes centros educativos, porque la remuneración es baja, y se quejan porque las condiciones son intimidantes. Transferir la responsabilidad de las escuelas a los municipios puede ayudar, pero ayudaría aún más una mayor inversión en la educación básica para seguir reformando este sector en Brasil.




Este es el resumen del artículo "Todavía mucho que aprender" publicado en Junio 6, 2009 en la revista The Economist.

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