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La revoluci贸n dolarizada



Revista: The Economist
Tema: Negocios en Cuba
Fecha: Agosto 2, 2003
Hace diez a帽os, a finales de julio, Fidel Castro, presidente de Cuba, anunci贸 la legalizaci贸n del d贸lar en la isla y por ende la apertura de tiendas donde los nacionales podr铆an gastar los recursos enviados por sus parientes desde otras naciones. Tambi茅n expres贸 que estos 煤ltimos eran bienvenidos en la isla. Por primera vez desde la revoluci贸n, se permiti贸 a los cubanos establecer peque帽os negocios familiares. Estas medidas fueron parte de un esfuerzo desesperado por el gobierno comunista para contar con una moneda fuerte y recuperar el empleo que perdi贸 con la ca铆da del bloque socialista sovi茅tico.

La legalizaci贸n cre贸 ciertas desigualdades, cierta divisi贸n entre ricos y pobres seg煤n admiten algunos voceros del gobierno. El efecto ha sido convertir a los cubanos en emprendedores. El salario promedio de 350 pesos mensuales alcanza para poco. Los d贸lares se necesitan para lograr algunos alimentos como el aceite para cocinar, el jab贸n y el detergente. De acuerdo con el gobierno, 60% de los cubanos tienen cierto acceso a la moneda aunque en peque帽as cantidades, por lo que todos se las ingenian para hacer algo de dinero extra. Los maestros ense帽an en las casas, las enfermeras hacen turnos nocturnos, los m茅dicos alquilan sus autos y algunos rentan las habitaciones a prostitutas.

Tambi茅n el gobierno debe procurarse d贸lares para importar combustible, alimentos y otros. Hace un mes prohibi贸 a las empresas estatales usar el d贸lar y las conmin贸 a cambiar la moneda a pesos para las transacciones con otras firmas. Esto caus贸 confusi贸n a los bancos extranjeros y otras empresas y las 403 joint ventures entre el Estado y el extranjero. Oficialmente, ellos est谩n exentos del decreto, pero contradictoriamente hacen sus negocios regularmente con empresas estatales. En consecuencia, los bancos extranjeros dijeron que no emitir铆an m谩s cartas de cr茅dito, a menos que se incluyera una carta de garant铆a. Algunos comerciantes afirmaron que cesar铆an los negocios con Cuba hasta que estuviera claro cuando le pagar铆an ya que no habr铆a garant铆a de si el gobierno responder铆a a compromisos externos o a compras estatales.




Este es el resumen del artículo "La revoluci贸n dolarizada" publicado en Agosto 2, 2003 en la revista The Economist.

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