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En defensa de la ciencia l煤gubre | 
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| Existe una gran decepci贸n hacia los economistas, porque no pudieron predecir o impedir la crisis financiera de 2008. Hay fuertes cr铆ticas que se帽alan que esta recesi贸n representa un fracaso de las ciencias econ贸micas, ya que sus representantes fueron incapaces de manejar una pol铆tica econ贸mica sensata. Estas cr铆ticas no tienen sentido. No hay y no habr谩 un conjunto de modelos que prediga ca铆das repentinas de activos financieros. Si un economista tuviera una f贸rmula confiable que pronosticara fuertes crisis una semana antes, la informaci贸n se har铆a p煤blica y los precios caer铆an una semana antes de lo previsto.
Hasta el derrumbe de Lehman, la recesi贸n fue parecida a los modestos descensos de la posguerra. Hab铆a una recesi贸n causada por una ca铆da en el sector de construcci贸n de viviendas. Entonces, las previsiones de economistas fueron estimaciones razonables de lo que ocurrir铆a luego, si el descenso de la industria de la construcci贸n hubiese sido el 煤nico o el principal factor que afectara la recesi贸n econ贸mica. Incluso, despu茅s de la quiebra de Lehman, se usaron varios modelos econ贸micos que resultaron ser muy precisos en cuanto a las reducciones del gasto privado de los dos siguientes trimestres.
Reconocidos economistas admitieron la posibilidad de una crisis financiera en 2007. Pero haber recomendado entonces pol铆ticas monetarias preventivas como las que se implementaron m谩s tarde habr铆a causado un giro muy brusco. La mejor opci贸n y la m谩s realista en estas circunstancias es la de mantener los ojos abiertos y esperar lo mejor posible. Despu茅s de que Lehman se derrumb贸, la crisis potencial se convirti贸 en una realidad y la situaci贸n cambi贸 completamente al punto de ver la necesidad de inyectar fondos en el sistema financiero de EUA, acci贸n que suscit贸 una comprensible controversia.
Los economistas reconocidos han sido exponentes y constructores creativos de modelos din谩micos que han ense帽ado herramientas que se han convertido en est谩ndares de la industria para generaciones de estudiantes. Han estado principalmente envueltos en dar respuestas a la crisis econ贸mica m谩s dif铆cil que EUA haya tenido desde 1930. Han previsto lo que se puede prever y formulado planes de contingencia listos para usarse cuando se produjeron los impactos imprevisibles. Y, adem谩s, recurren a modelos te贸ricos reci茅n desarrollados, justo cuando son juzgados por no tener nada que aportar.
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Este es el resumen del artículo "En defensa de la ciencia l煤gubre" publicado en Agosto 9, 2009 en la revista The Economist.
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