Google
Por Tema

Por Revista

Marzo 2016
Febrero 2016
Enero 2016
Diciembre 2015 libre
Noviembre 2015 libre
Octubre 2015 libre
Septiembre 2015 libre
Agosto 2015, Q2 libre
Julio Agosto 2015 Q1 libre
Julio 2015, Q1 libre
Junio 2015, Q2 libre
Mayo Junio 2015 libre
Mayo 2015, Q1 libre
Abril 2015, Q2 libre
Abril 2015, Q1 libre

Pruébenos gratis
Suscríbase
¿Cómo funciona?
Preguntas frecuentes
Sobre nosotros
Atención al Cliente



El efecto a largo plazo de las emociones a corto plazo



Revista: Harvard Business Review
Tema: Habilidades gerenciales
Fecha: Febrero 2010
Estar enojados es una cosa muy peligrosa. Todos lo sabemos. Si estamos felices, somos más que generosos. Quizá demos una buena propina o compremos una lancha. Pero, si estamos irritados, somos capaces de enviarle ese terrible mensaje electrónico a nuestro jefe o golpear a alguien. Y durante ese insignificante segundo, nos sentimos de lo mejor. Pero el arrepentimiento (y las consecuencias de nuestras decisiones) pueden durar años, toda una carrera o incluso toda una vida. Al menos el arrepentimiento nos servirá de algo, ¿cierto? Tal vez sí. El problema de tomar decisiones emocionales es que nuestras acciones tienen mayores repercusiones que las condiciones a partir de las cuales tomamos dichas decisiones. Cuando nos enfrentamos a una situación, nuestra mente busca un precedente en el pasado sin tomar en cuenta las circunstancias (emocionales o no) que envolvieron al proceso. Esto significa que siempre cometemos los mismos errores, incluso después de que nos hemos calmado.

Para poner esta idea a prueba, se realizó el siguiente experimento. Primero, se le enseñó a un grupo de personas un extracto de cinco minutos de la película Life as a house, en la que un jefe arrogante despide a un empleado, con el fin de que estas se sintieran enojadas. Luego, se contentó a otro grupo de personas con un capítulo divertido de la serie Friends. A continuación, se le pidió a todos que jugaran un viejo juego económico conocido como ultimátum, en el que una persona cuenta con US$ 20 y le ofrece a otra una parte del dinero. Algunas ofertas son equitativas y otras son injustas (US$ 5 para ti, US$ 15 para mí). El que recibe la oferta puede aceptar o no la misma. Si la rechaza, ambas partes se quedan sin nada. La economía tradicional predice que los humanos (al ser seres racionales) siempre preferirán aceptar algo de dinero que terminar sin nada. Sin embargo, la economía conductista demuestra que, por lo general, las personas prefieren perder dinero con el fin de castigar a la persona que está haciendo una oferta injusta.

Los resultados demostraron precisamente esto y el efecto se amplificó entre las personas irritadas. Quienes vieron Life as a house rechazaron más ofertas que los que vieron Friends, a pesar de que el contenido de la película no tenía nada que ver con la oferta. Así como una pelea en el hogar puede amargarnos e incrementar las posibilidades de que el jefe reciba el ya mencionado mensaje electrónico, cuando nos exponemos a una película irritante hay más posibilidades de que rechacemos las ofertas injustas a pesar de que estas no hayan sido lo que nos puso de mal humor. Pero, luego, viene lo mejor. Cuando las emociones evocadas por la película ya no eran un factor en juego, les pedimos a los participantes que jugaran de nuevo. Y nuestros temores quedaron confirmados. Quienes se habían irritado también rechazaron más ofertas esta vez. Estaban recurriendo a la memoria de decisiones que habían tomado anteriormente. En otras palabras, la tendencia a rechazar ofertas quedó reforzada entre el grupo que vio Life as a house, a pesar de que estas personas ya no estaban irritadas.

Pensemos ahora en el caso de gerente cuya cartera personal perdió un 10% de su valor en una semana (esto es muy posible hoy en día). Está frustrado, furioso, nervioso y, mientras tanto, está tomando decisiones sobre las operaciones diarias de su equipo. Si se ve forzado a ver estos asuntos justo después de ver su cartera, lo más seguro es que tome malas decisiones. Y, peor aún, dichas decisiones se convertirán en el futuro en parte de su estilo de tomar decisiones. Por tanto, lo mejor a la hora de tomar una decisión acalorada es respirar hondo, contar hasta 10 (o 10 mil) y esperar a que todo se tranquilice.




Este es el resumen del artículo "El efecto a largo plazo de las emociones a corto plazo" publicado en Febrero 2010 en la revista Harvard Business Review.

Vea otros artículos publicados en Harvard Business Review u otros artículos sobre Habilidades gerenciales.

deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.



 

Copyright 2003-2024 por Meltom Technologies Inc