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Alemania: El milagro de 20 a帽os | 
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| Hoy la econom铆a de Alemania, impulsada por las exportaciones, es la envidia del mundo desarrollado y el resto de Europa depende de ella. Pero para m谩s de la mitad de los alemanes el rescate financiero a Grecia (de US$ 11 mil millones) fue una mala idea, y cerca de dos tercios piensan que el euro es una moneda d茅bil, lo que refleja que el debate acerca de los costos y sacrificios de la reunificaci贸n (que en su momento fue considerada un milagro) est谩 fresco a煤n. Los alemanes occidentales han gastado m谩s de mil millones de d贸lares en reconstruir las industrias y ciudades del este, donde la econom铆a de escasez fue reemplazada por un sector minorista moderno y creciente, cuyas ventas se triplicaron en los seis a帽os siguientes a la reunificaci贸n, pero para los 18 millones de ciudadanos de la antigua RDA, la nueva Alemania signific贸 desempleo, desplazamientos, y el colapso de la blanda seguridad de la vida bajo el comunismo. A dos d茅cadas, el mundo exterior ve a un nuevo gigante alem谩n: pr贸spero, autosustentable y asertivo, pero el sistema pol铆tico y la sociedad est谩n fragmentados y existe un sentido intuitivo de que algo va mal.
En las semanas que llevaron al 9 de noviembre de 1989, Mikhail Gorbachev inform贸 a los funcionarios de la RDA que si sus ciudadanos trataban de cruzar el Muro de Berl铆n, las tropas sovi茅ticas no los detendr铆an, pero junto a otros l铆deres europeos, insisti贸 en que Alemania siguiera dividida, preocupado porque una reunificaci贸n pudiera revivir el Holocausto. Gran parte de la clase pol铆tica de Alemania Occidental no cre铆a en la unificaci贸n, pero los orientales, que entrevieron la libertad con la ca铆da del Muro, la a帽oraban. Helmut Kohl, el canciller conservador de la Rep煤blica Federal se volvi贸 hacia Bush, quien persuadi贸 a Gorbachev a acceder a la unificaci贸n y a aceptar la incorporaci贸n de la Alemania unificada a la OTAN, y a cambio, garantiz贸 US$ 9 mil millones de ayuda econ贸mica a la URSS. Los detalles legales se negociaron entre representantes de las dos Alemanias y los cuatro poderes de ocupaci贸n, y el tratado final se redact贸 en Mosc煤 el 12 de septiembre de 1990.
A pesar de la ayuda econ贸mica, las condiciones de vida en gran parte de la ex Alemania Oriental han mejorado poco. Unos 2 millones de ciudadanos se movieron al oeste, llev谩ndose el poco capital intelectual y pericia t茅cnica que quedaba y las ciudades industriales, antes subsidiadas por los comunistas, colapsaron. La introducci贸n del marco alem谩n a 1 x 1 fue devastadora para los productores. Alemania occidental trat贸 a la gente de la RDA como a parientes pobres a los que se les da dinero y se les pide estarse quietos. Hoy el desempleo de la ex Alemania oriental cay贸 por debajo de 1 mill贸n por primera vez desde 1991, pero persiste un sentido de desorientaci贸n. Los alemanes reconocen que a煤n falta para que el material social del pa铆s, escindido por un siglo de guerras y divisiones, se una de nuevo. En lo pol铆tico son un solo pa铆s, pero no en lo econ贸mico. Sin embargo, muy pocos alemanes querr铆an volver al pasado, aun si pudieran. En una encuesta al respecto solo dijo que s铆 el 9% de los orientales y el 11% de los occidentales.
Tras la unificaci贸n, Alemania fue vista a menudo como "el enfermo de Europa鈥, y esa percepci贸n solo cambi贸 despu茅s de que, en 2003, el canciller Gerhard Schr枚der implement贸 la Agenda 2010, cuyas significativas reformas pusieron a competir a los productos alemanes y jugaron un papel clave en que el pa铆s ganara su vanguardia econ贸mica. A Alemania tambi茅n la ha beneficiado su inclusi贸n en un sistema europeo m谩s amplio y hoy nadie podr铆a temer que se convierta en un poder hegem贸nico en Europa. M谩s bien su entusiasmo por suscribir el proyecto paneuropeo ha acelerado que otros pa铆ses tambi茅n se unan. En 20 a帽os, la UE ha crecido de 6 naciones a 27 y la OTAN tiene 28 miembros, de 16 que ten铆a en 1990 y Europa est谩 m谩s pac铆fica y unida que nunca. Sin embargo, a ra铆z de la recesi贸n, los alemanes se mantienen fr铆os ante la idea de salvar a otros gobiernos de la UE, aun si esto amenaza la viabilidad del euro, y aunque no se consideran antieuropeos, tampoco quieren ser responsables de todo el panorama de Europa. Pero hay una realidad: Alemania es la que impulsa a la UE. El declinar de la influencia de Washington va a requerir de una Europa fuerte y estable, que depende del liderazgo de una Alemania segura y firme, con conciencia de su pasado y sin miedo a la responsabilidad que trae el 茅xito.
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Este es el resumen del artículo "Alemania: El milagro de 20 a帽os" publicado en Octubre 4, 2010 en la revista Business Week.
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