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El negocio de compartir



Revista: The Economist
Tema: Modelos de negocio
Fecha: Octubre 16, 2010
¿Por qué comprar cuando podemos alquilar? Esta simple pregunta es el fundamento de un creciente número de negocios. ¿Por qué comprar un automóvil cuando podemos alquilar uno para irnos de compras a IKEA? ¿Por qué comprar una bicicleta cuando podemos tomar una del depósito más cercano y dejarla luego en otro depósito cercano a la oficina? Claro está, alquilar no es un negocio nuevo. Pero durante los últimos cincuenta años ha sido más popular comprar que alquilar. Las lavanderías han tenido que cerrar porque todo el mundo compra lavadoras para la casa. La compra de inmuebles estaba creciendo casi en todos lados antes de la crisis. Las compañías de alquiler de bienes se habían osificado: los hoteles y las firmas de alquiler de automóviles casi no cambiaron su modelo de negocio durante décadas. Pero todo esto está cambiando drásticamente gracias a la tecnología, a la austeridad y a la tendencia ambientalista.

La Internet permite comparar precios y esto trae como consecuencia que los hoteles y compañías de alquiler de autos bajen sus precios. También permite que surjan nuevos modelos de negocios. Por ejemplo, el alquiler de automóviles está creciendo a pesar de que las ventas de autos están languideciendo. La firma estadounidense Zipcar cuenta con 400 mil miembros que pagan una tarifa anual por alquilar automóviles por hora. Los miembros buscan en la Internet dónde está estacionado el auto más cercano y luego lo retornan a ciertas áreas designadas. Netflix hizo US$ 116 millones el año pasado con su negocio de alquiler de películas por correo. Incluso los gobiernos están interesándose más por este modelo de negocios. Por ejemplo, Londres es una de tantas ciudades que les alquilan bicicletas a sus habitantes.

El interés por el “consumo evidente†está mermando. A la gente le gusta poseer muchas cosas porque esto le da estatus. Pero hay muchos consumidores, sobre todo los jóvenes, que logran el mismo efecto con bienes virtuales. Hablan de lo que están haciendo (en Twitter), de lo que están leyendo (Shelfari), de lo que les interesa (Digg) y de sus conocidos (Facebook). El consumo “cooperativo†es una tendencia que encaja perfectamente en una economía fundamentada en marcas electrónicas y modas siempre cambiantes.

Claro está, este nuevo modelo tiene sus limitaciones. Pocas personas estarían dispuestas a usar ropa interior reciclada. Por otra parte, retornar un auto de Zipcar a tiempo puede ser a veces todo un reto. Pero esta estampida está ganando fuerza. Zipcar tiene imitadores en varias ciudades. Todas las semanas aparece un negocio que se presenta como el Netflix de esto o aquello. El consumo colectivo también está repercutiendo en los modelos de negocios que dependen de la obsolescencia de los bienes. Si la gente comienza a usar una y otra vez los mismos bienes sin comprar nada nuevo, es posible que resurja la vieja virtud de fabricar productos que sean duraderos.




Este es el resumen del artículo "El negocio de compartir" publicado en Octubre 16, 2010 en la revista The Economist.

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