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Ciberpiratas y mulas |
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| Christine Palmer pensó que finalmente su suerte habÃa cambiado. Después de pasar meses desempleada y viviendo del seguro social, en febrero envió un CV a CS Office Services, una compañÃa que ayuda a otros negocios a conseguir oficinas. Una empleada de recursos humanos la llamó para decirle que el empleo era suyo: un trabajo flexible que pagaba por proyecto y que consistÃa en ayudar a procesar transacciones. El 3 de marzo, tras una semanas de entrenamiento en lÃnea, se levantó y descubrió que le habÃan depositado US$ 98 mil en su cuenta de Bank of America. En un mensaje electrónico le dijeron que debÃa retirar US$ 9 mil, enviarlos a Ucrania vÃa Western Union y transferir el resto de los fondos a una cuenta bancaria en un banco ucraniano. Palmer podÃa quedarse con US$ 1.800 del total. Mientras estaba terminando de hacer la transferencia, la llamó un hombre con acento de Europa del Este, que se identificó como el gerente y que le pidió que se apurara. "Sonaba muy preocupado y pensé que perderÃa mi trabajo", dice Palmer.
No fue sino unos dÃas después que Palmer se dio cuenta de que CS Office Services no existÃa y que el "gerente" era probablemente miembro de una organización criminal ucraniana. Se dio cuenta de esto cuando el 7 de marzo recibió una llamada de Bank of America en la que le dijeron que habÃan detenido la transferencia internacional porque los fondos eran robados. Le dijeron a Palmer que era responsable de pagar los US$ 9 mil que habÃa retirado y enviado.
El crimen organizado, muy común en Europa del Este y Rusia, ha creado uno de los cibercrÃmenes más lucrativos del mundo: defraudar redes bancarias en lÃnea por un monto de hasta US$ mil millones al año. Estas organizaciones se valen de virus informáticos para robar contraseñas bancarias en lÃnea (por lo general, de pequeñas compañÃas, que tienen menos sistemas de seguridad) y luego transfieren grandes sumas a cuentas que ellas controlan. Sin embargo, hay un problema. Sacar dinero de los paÃses es difÃcil porque los bancos monitorean cuidadosamente las transferencias internacionales.
Pero la solución está en Estados Unidos. Los criminales de ultramar se han dedicado últimamente a contratar estadounidenses como Palmer para que hagan de mulas bancarias; es decir, para que hagan transferencias y le envÃen el dinero a los criminales. Esto es un delito grave, asà que los gángsters extranjeros se valen de diversas artimañas para convencer a las mulas de que están trabajando para un negocio verdadero. "No podemos culpar a estas personas", señala Avivah Litan, vicepresidente de Gartner Research. "Si estás desesperado y aparece esto... pues es un trabajo". Las mulas no son enjuiciadas si se demuestra que fueron engañadas. Por otra parte, los criminales están por lo general fuera de la jurisdicción de las autoridades estadounidenses. "Es la versión moderna de Bonnie y Clyed", señala Chris Swecker, ex director asistente del FBI.
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Este es el resumen del artículo "Ciberpiratas y mulas" publicado en Agosto 08, 2011 en la revista Business Week.
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