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Una solución difÃcil de aceptar |
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| La crisis de la deuda en la zona euro se ha ido propagando poco a poco por Europa, desde las economÃas pequeñas como Grecia hasta aquéllas más grandes, tales como Italia y España. Para solventar la actual problemática e instaurar la calma en estos mercados, el Banco Central Europeo ha adquirido grandes porcentajes de su deuda soberana.
Si bien esta es una medida paliativa temporal, lo cierto es que muchos economistas e inversionistas exigen una solución más fundamentada que vaya más allá de la emisión de los eurobonos y que permita dar una fortaleza fiscal a la debilitada unión monetaria.
Algunos expertos apuestan por romper el vÃnculo entre la capacidad de pago de un paÃs y su coste de préstamo. Los 17 estados miembros de la zona euro podrÃan pedir préstamos en bonos emitidos por una agencia de deuda europea, los cuales estarÃan garantizados conjuntamente por todos los paÃses de la zona euro y resguardados en particular por los paÃses con una mayor solvencia, como Alemania, que cuenta con un liderazgo económico sólido y el mejor Ãndice crediticio.
Una de las razones por las que se abrió paso a la emisión de los eurobonos fue la falta de fondos para respaldar a Grecia, Irlanda, Portugal, y ahora Italia y Francia en su recuperación económica durante un perÃodo prolongado de tiempo.
No obstante, los eurobonos han dejado en evidencia la fragilidad inherente de una unión monetaria de Estados, en los que cada uno arrastra su propia deuda pero que no cuentan con herramientas como la devaluación o inflación para ir haciéndole medianamente frente a esta crisis.
Ante esta realidad, Alemania, uno de los paÃses con las finanzas públicas más fuertes en la eurozona, mira los eurobonos con terror, ya que 1) la suma de la deuda pública de los 17 estados miembros aumentarÃa las tasas de interés a ser pagadas por los paÃses más solventes, mientras que se reducirÃan para los paÃses con posiciones fiscales más débiles, 2) la emisión de eurobonos liberarÃa a los gobiernos irresponsables de la presión de poner en orden sus finanzas públicas.
Para responder a estas objeciones, los defensores de los eurobonos sugieren que cada paÃs sea limitado a un Ãndice máximo de su deuda, un 60% del PIB. Esto junto a una prima de liquidez reducirÃa el temido aumento en los costes de los préstamos.
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Este es el resumen del artículo "Una solución difÃcil de aceptar" publicado en Agosto 20, 2011 en la revista The Economist.
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