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Cargos! Cargos! Cargos!



Revista: Business Week
Tema: Precios
Fecha: Septiembre 29, 2003
Autor(es): Emily Thornton
Las empresas no pueden subir los precios, por lo que han optado por cargar a los consumidores montos ocultos, por cosas que siempre habían sido gratis. Por ejemplo, el Hotel Alexander en Miami Beach, cobra US$ 2,50 extra diarios por la limpieza de la habitación. Si se quiere anticipar a la temporada de fútbol, los Jets de Nueva York le harán pagar US$ 50 por el privilegio de estar en la lista de espera. Empresas financieras le cobrarán US$ 2 por la emisión de estados de cuenta.

La inflación en Estados Unidos oficialmente reporta cifras bajas, pero los ciudadanos se enfrentan a una cantidad enorme de estos cargos que incrementan el verdadero costo de las compras. Ningún área se salva y las sumas generalmente pequeñas, al final conforman grandes cantidades. Los cargos en limpieza adicional podrían generarle a los hoteles US$ 100 millones anuales. Mientras quienes pagan los porcentajes por transacciones en línea proporcionarían a los bancos cerca de US$ 2 mil millones. Esta estrategia es mucho más sencilla que intentar sobresalir en medio de una guerra de precios.

En consecuencia, se hace mucho más difícil para los consumidores usar Internet para hacer compras comparando precios, como acostumbraban hacer a finales de los noventa. Las simples decisiones de compra se han convertido en tareas desesperanzadoras, motivos para la creación de nuevas organizaciones vigilantes de las prácticas deshonestas de las empresas.

La importancia creciente de estas cuotas adicionales estriba en que la inflación está subestimada; de hecho, las mismas no se incluyen en el cálculo del índice de precios al consumidor. Muchas cifras quedan fuera, como los recargos por pagos retrasados en las tarjetas de crédito o las diferencias pagadas en boletos de aerolínea. En consecuencia, la inflación declarada por el gobierno podría diferir en algunos puntos de la real.

Los gobiernos estatales y locales también participan en este juego y lograrán recaudar cerca de US$ 2,6 mil millones a causa de más de 200 diferentes cargos (algunos residentes invidentes de Massachusetts tendrán que pagar por una certificación que pruebe que están realmente ciegos). Esta práctica podría afectar el desempeño político de algunos líderes, e incluso el de las corporaciones (existen ya algunas demandas en curso por abuso de cargos extras en algunos servicios).

Uno de los sectores más agresivos en la práctica es el de telecomunicaciones. Las telefónicas finalmente recargan hasta un 20% más a los poseedores de teléfonos celulares, argumentando que es la única manera de cubrir gastos sin perder clientes. Otros ejemplos incluyen a las aerolíneas (algunas cobran hasta US$ 25 por cada paquete adicional), las empresas de entregas (que aumentan el costo del servicio según la distancia), las vendedoras al detal (Best Buy Co. solicita un 15% por el privilegio de poder devolver los artefactos eléctricos con fallas a la tienda) y los líderes originales, los servicios financieros, que buscan siempre nuevas alternativas para cargar a los usuarios e incluso han promovido el desarrollo de empresas consultoras en estas innovaciones.

Tiene más sentido cargar un suplemento de precio por servicios añadidos que resultan más costosos, más que forzar a todos los consumidores a pagar la misma cantidad. En ese caso se tiene a los cargos extras por comida en las aerolíneas, ante lo cual los clientes tienen la opción de tomarla o no. Muchos otros recargos no tienen justificación y algunas empresas han descubierto que pueden lograr más prescindiendo de ellos (Bank of America dejó de cargar a las operaciones en línea cuando averiguó que podía lograr más si las presentaba como gratis). No obstante algunos negocios se mantienen firmes en sus políticas. Los Jets de Nueva York argumentaron sobre el costo de la permanencia en lista de espera que quienes lograran comprar las entradas a los juegos de la temporada podrían deducir los US$ 50 del costo. La meta de este recargo, dicen los Jets, es recortar la lista de fanáticos que realmente están interesados en comprar tickets.




Este es el resumen del artículo "Cargos! Cargos! Cargos!" publicado en Septiembre 29, 2003 en la revista Business Week.

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