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¿Acaso Chile es incapaz de educar a sus jóvenes? | 
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| Los cinco años de Katherine Barrios en una universidad chilena la dejó con una deuda aproximada de 12,4 millones de pesos (US$ 25.000), más del doble que su salario anual como docente. Por ello está tomando parte en las protestas que han cerrado varias escuelas y amenazan con debilitar 30 años de austeridad fiscal. “Quiero que las cosas cambien para las generaciones futuras”, dice Barrios de 31 años de edad.
Chile, el modelo de estabilidad económica y política en América Latina en los últimos 20 años, fue sacudido durante el mes de junio cuando un cuarto de millón de alumnos ocupaban los salones de clase para solicitar más inversión gubernamental en cuanto a la educación. A finales de agosto, las protestas semanales se transformaron en batallas campales con la policía.
El cumplimiento de las demandas de los estudiantes puede costar el 2,2% del producto interno bruto, de acuerdo a cálculos de la Universidad de Chile, colocando así boca abajo las restricciones fiscales que han eliminado la deuda de la nación. Aún así las fallas para mejorar la educación podrían evitar que Chile se convierta en el primer país avanzado de la región, un objetivo a cumplir por el presidente Sebastián Piñera.
Los grupos familiares cargan con los costes del 39% de toda la inversión por educación en Chile, siendo ésta una cifra más alta que la de otros miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y casi el doble que la tasa en EUA, de acuerdo a estimados de un grupo establecido en París. Y los niveles de educación son peores que los de todos los otros miembros de la OCDE a excepción de México. Chile se colocó en el trigésimo primer puesto del más reciente Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. En educación se colocó en el octogésimo séptimo lugar, según esta organización de Ginebra.
Piñera ha prometido mejorar la educación mientras mantiene un control estricto sobre el gasto. Las peticiones de los estudiantes en cuanto al financiamiento alcanzan casi un 13% de los gastos públicos en Chile, dijo a finales de septiembre. “No nos podemos dar ese lujo”.
Las protestas estudiantiles con frecuencia se asemejan a un carnaval, mientras los manifestantes realizan danzas y se visten como personajes de las películas de Hollywood. Haciendo una comparación con las protestas de la Primavera Árabe en el Medio Oriente, los medios de comunicación han denominado a este movimiento de los jóvenes como el “Invierno Chileno”. Éste ha consistido en protestas pacíficas y vigilias de 1.800 horas alrededor del palacio presidencial. “Estamos buscando una completa reestructuración para la educación”, dice Esteban Gutiérrez, un estudiante universitario de 24 años. “Y vamos a seguir protestando”.
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Este es el resumen del artículo "¿Acaso Chile es incapaz de educar a sus jóvenes?" publicado en Octubre 03, 2011 en la revista Business Week.
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