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Irak, mala administración



Revista: Business Week
Tema: Economía
Fecha: Enero 23, 2012
El final de la larga y sangrienta aventura militar de EUA en Irak señala el comienzo de un nuevo e incierto capítulo en el desarrollo de ese país. Los optimistas hablan de un Irak libre de la tiranía, del terrorismo y de la ocupación extranjera, que se irá transformando en una economía moderna y abierta en el corazón del mundo árabe. Oficialmente, el país está bajo una nueva administración y abierto a los negocios. Para su primer ministro Nouri al-Maliki, la seguridad, el proceso político y la economía se están alimentando unas a las otras y es el momento de invertir. Pero lo cierto es que la seguridad sigue siendo un gran reto, y la pobre infraestructura (que incluye un gran déficit eléctrico, en parte producto de la corrupción), complica el costo de hacer negocios allí. Además, los productores locales, agobiados por los alimentos baratos importados de Siria e Irán, luchan por sobrevivir o se suman al ejército de desempleados (la tasa de desempleo estimada es de 26% y un tercio de la fuerza de trabajo está subempleada). Todo unido a la creciente paranoia de que Al-Maliki está consolidando y fortaleciendo su poder al estilo de los antiguos tiranos árabes.

Los iraquíes más viejos dicen que aún no tiene ni una fracción del poder de Saddam, pero es el líder de facto de los ministerios del Interior y Defensa (800,000 soldados, policías y agentes de inteligencia a sus órdenes); está usando las fuerzas de seguridad para rodear a cientos de adversarios potenciales y detenerlos, regularmente invita a los medios de comunicación a atacar a sus enemigos y controla la mayor fuente de poder en la débil economía: los empleos gubernamentales. A menos de 24 horas del retiro de las tropas de EUA, Al-Maliki provocó una crisis política al ordenar el arresto del vicepresidente Tariq al-Hashemi (miembro destacado del Iraqiya Slate, coalición parlamentaria opositora, en su mayoría suní) bajo cargos de terrorismo. Los 91 miembros de esa bancada salieron del Parlamento, jurando no volver hasta que Al-Hashemi (que niega todos los cargos) sea absuelto. Cuando Al-Maliki apareció en la televisión para anunciar la orden de arresto, muchos recordaron a Saddam Hussein, quien “exponía” como criminales a aquellos que se le oponían.

Eso, unido a su campaña para eliminar a los del partido Baath de la sociedad iraquí, está dañando el desarrollo de Irak (pues evita que ingenieros, médicos y otros profesionales regresen al país para ayudar a reconstruirlo), y está inspirando llamados a la autonomía regional, pues el federalismo (para el que hay condiciones en la constitución iraquí) garantizaría que los problemas suníes fueran manejados por policías y jueces suníes, y no por fuerzas de la seguridad infiltradas por las milicias y jueces chiítas leales a Al-Maliki. Para otros, el federalismo solo conseguiría debilitar a Irak como un todo y hacer más vulnerable cada región étnico-sectaria. Fuera de Bagdad, muchos jeques (que en 2006 levantaron ejércitos de voluntarios para reclamar y defender sus regiones, con el movimiento Despertar), sienten que están forzados a enfrentarse a Bagdad.

Si en verdad Al-Maliki tiene ambiciones dictatoriales, enfrentará una fuerte resistencia. Y si provoca el distanciamiento de suficientes agentes de poder en el sur chiíta, rico en petróleo, y en las provincias del Suní Árabe, ellos podrían cuestionarse la relevancia de Bagdad y emular al Kurdistán. Un mayor federalismo no sería un resultado excepcional. Los suníes, chiítas y kurdos están agudamente divididos entre ellos y si algo los une, es el sentido de que ninguna de las figuras políticas del país tiene el coraje de trascender sus divisiones y construir el tipo de instituciones fuertes que el país necesita para alcanzar la estabilidad. Los iraquíes están muy felices de la retirada de los EUA, y mientras muchos los culpan por dejar un gran desastre por detrás, comprenden que ahora sus propios líderes deben cumplir sus promesas y pocos confían en que eso suceda. Y aunque muchos desean poder mostrarse positivos, están mucho más ansiosos que optimistas.




Este es el resumen del artículo "Irak, mala administración" publicado en Enero 23, 2012 en la revista Business Week.

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