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Cuidado con lo que dices



Revista: The Economist
Tema: Fraudes y estafas
Fecha: Febrero 18, 2012
En la película Superman 3, un modesto programador de computadoras le roba un grueso fajo de billetes a su jefe. El jefe lamenta que será difícil atrapar al ladrón, pues "este no hará nada que llame la atención, a menos que sea un completo idiota". Justo en ese momento el ladrón llega a la oficina en un nuevo auto deportivo y con la radio a todo volumen. Pero los estafadores suelen ser menos obvios en la vida real. La manera de identificarlos es contratar a un contador que busque anomalías en los estados financieros. Pero esto es como buscar una aguja en un pajar. Por tanto, las firmas están empezando a usar programas de computación que facilitan esta búsqueda.

Para saber qué empleados tienen intenciones de robar, basta con usar estos nuevos software antifraude, capaces de escanear mensajes electrónicos en busca de pistas que indiquen si alguien tiene problemas de dinero. Algunas frases tales como "con el agua al cuello" o "bajo presión" pueden indicar que un empleado está desesperado por un poco más de dinero. La consultora Ernst & Young ofrece un software que es capaz de determinar el estado anímico de un cierto empleado a lo largo del tiempo. Algunas palabras como "confundido", "secreto" o "molesto" permiten que los investigadores sepan qué mensajes electrónicos deben revisar y cuándo. Para identificar los empleados que tienen la oportunidad de robar, el software busca mensajes tales como "llámame al móvil" o "pasa por mi oficina", pues sugieren que alguien quiere hablar de algo en privado. Los mensajes electrónicos entre un empleado y alguien externo a la organización, y que contengan términos como "cerveza", "Facebook" o "noche", pueden sugerir la existencia de una relación personal.

Pero la compañía Financial Tracking Technologies va un paso más allá. Su software puede revisar calendarios electrónicos y relaciones de gastos para determinar quién ha entrado en contacto con un cierto inversionista ajeno a la compañía. Y toda esta información se puede comparar con las fechas en que se hicieron ciertas transacciones accionarias. Por ejemplo, una breve venta de acciones justo antes de que la compañía admita que tiene problemas financieros. El software también es capaz de analizar todo un conjunto de información con el fin de establecer quién se podría beneficiar, aunque sea indirectamente, de cierta transacción.

Los empleadores que no cuentan con estas tecnologías están "operando a ciegas", señala Alton Sizemore, un ex detective del FBI. Es muy común que las organizaciones inicien investigaciones que al final no dan mayores resultados. Según Sizemore, casi todas las grandes firmas financieras usan hoy en día algún tipo de software lingüístico. En cambio, las compañías más pequeñas carecen por completo de estas tecnologías. De modo que hay una buena veta que explotar.




Este es el resumen del artículo "Cuidado con lo que dices" publicado en Febrero 18, 2012 en la revista The Economist.

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