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Santos y Uribe



Revista: The Economist
Tema: Política
Fecha: Abril 07, 2012
Todo comenzó en Twitter. En 2010, Álvaro Uribe le entregaba la presidencia tras dos períodos constitucionales a Juan Manuel Santos, su anterior ministro de defensa de quien esperaba continuara sus políticas. El Sr. Uribe se dedicó a "tuitear", en un principio para vociferar sus logros en cuanto a seguridad, educación y ayuda a los más pobres. Pero mientras el Sr. Santos ponía en claro que él poseía su propia agenda para Colombia, los tweets se pusieron más duros. Al cabo de año y medio dentro de sus cuatro años de período constitucional, el antecesor del Sr. Santos se ha convertido en su oponente más poderoso. Y eso podría convertirse en un problema.

El primer paso que tomó el gobierno del Sr. Santos fue un anteproyecto de ley para ofrecer reparaciones y la restitución de tierras a las víctimas de la violencia –generada tanto por las fuerzas de seguridad como por las guerrillas de izquierda y paramilitares de derecha. En vez del “conflicto interno armado” descrito en el anteproyecto, el Sr. Uribe afirmó que el país estaba lidiando tan sólo con una amenaza “terrorista” por parte de las guerrillas. Él advirtió que el anteproyecto de ley podría conducir a que se llevaran a cabo invasiones a fincas. A pesar de su oposición al respecto, el Congreso aprobó la ley.

Estas visiones de competencia yacen detrás de una fila de cómo se deben tratar este tipo de abusos por parte del ejército. Un anteproyecto de ley del gobierno reformando el poder judicial incluía una cláusula que le daba a las cortes militares una jurisdicción inicial sobre todo los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad. Tras protestas por parte de grupos de derechos humanos, el Sr. Santos le pidió al Congreso que eliminara esta cláusula. El Sr. Uribe les urgió a los senadores que mantuvieran el texto original, en vano.

Otro detonante son las guerrillas de las FARC las cuales, aunque ya bastante reducidas, todavía poseen unos 9.200 combatientes. El Sr. Santos se encuentra sentando las bases para posibles conversaciones de paz. Una nueva ley reduciría las penalizaciones criminales enfrentadas por aquellos que firmen un tratado de paz. La nueva estrategia del ejército se enfoca en atacar las unidades de campo de la guerrilla, en vez de eliminar a los comandantes clave de las FARC que son potenciales negociadores. Las FARC han anunciado que dejarían de secuestrar para pedir rescate y, recientemente liberaron a los últimos diez que conformaban un grupo de soldados y policías que mantuvieron como rehenes por años.

Las diferencias se extienden también a otros asuntos políticos. El Sr. Uribe fusionó varios ministerios; el Sr. Santos los ha separado de nuevo. El Sr. Uribe ofreció exenciones tributarias para promover las inversiones; el Sr. Santos propuso una reforma fiscal que anularía esos beneficios. El Sr. Uribe aprobó una ley que criminalizaba las dosis personales de drogas recreacionales (a pesar de que la Corte Suprema falló en contra de esa medida). El Sr. Santos se encuentra entre muchos líderes latinoamericanos que encabezan un debate acerca de legalizar el comercio de las drogas en su totalidad. El Sr. Uribe denunció al presidente venezolano Hugo Chávez por ocultar campamentos y líderes de las FARC; el Sr. Santos ha establecido relaciones cordiales con él, como un medio para llevar a las guerrillas hacia la paz.

A pesar de todas estas tensiones, el Sr. Santos sigue siendo popular (aunque menos que hace un año) y encabeza una amplia coalición que se extiende desde la derecha hasta la centro-izquierda. Pero el Sr. Uribe todavía es venerado por muchos colombianos, especialmente aquellos que sienten que la seguridad se ha deteriorado (así como lo mencionó un 57% de personas encuestadas recientemente). Además, sus seguidores están cambiando los mensajes de texto a través de Twitter por acciones. Su más cercano asesor, José Obdulio Gaviria, se quejaba durante el mes de febrero de que el Sr. Santos se hizo pasar por uribista para ser elegido, añadiendo que “es una traición total”. Se ha lanzado una declaración pública que opone a un segundo mandato para el Sr. Santos en 2014. Al mismo Sr. Uribe se le ha prohibido buscar la presidencia otra vez, pero sus asesores dicen que podría postularse al Senado mientras él respalde a un aliado como presidente.




Este es el resumen del artículo "Santos y Uribe" publicado en Abril 07, 2012 en la revista The Economist.

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