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Los nuevos ríos de oro



Revista: The Economist
Tema: Economía
Fecha: Abril 28, 2012
En la ciudad sureña de Tapachula, en México, la gente hace cola dentro de una sucursal del Banco Azteca para procesar sus remesas. El año pasado los mexicanos recibieron cerca de US$ 24 mil millones provenientes de amigos y familiares que trabajan en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, con quien México forma el corredor de remesas más grande del mundo. Pero si nos fijamos bien las colas de Tapachula, nos daremos cuenta de cuánto ha cambiado el negocio de las remesas. Buena parte de estas personas no son mexicanos que reciben dinero desde Estados Unidos, sino inmigrantes que envían dinero a Guatemala y Honduras. "Es muy parecido a lo que sucede en la otra frontera [la frontera con Estados Unidos]", señala Jorge Luis Valdivieso, administrador regional del banco.

El valor de las remesas hacia países pobres es enorme. Desde 1996 han superado a la suma de todos los programas extranjeros de asistencia y desarrollo. Las remesas hacia países pobres totalizaron en 2011 casi US$ 372 mil millones, según el Banco Mundial (el total de las remesas, incluidas aquellas que van al mundo rico es de US$ 501 mil millones). Esta es casi la cantidad de inversión directa extranjera que fluye hacia los países pobres. Pero, dado que cierta parte del dinero entra a casa envuelto en un par de medias, es posible que esta sea sólo la mitad de la cifra real.

Por otra parte, las remesas están aumentando; de hecho, se cuadruplicaron a la vuelta del siglo. Cuando la economía mundial se vino a menos en 2009, las remesas hacia los países pobres disminuyeron sólo 5% y ya para 2012 habían regresado a su nivel normal. En cambio, la inversión directa extranjera en los países pobres cayó un tercio durante la crisis.

Este aparente boom se debe sencillamente a que hoy en día se cuenta con más información. Algunas compañías tales como Western Union y MoneyGram han mejorado sus sistemas de información. Y los sistemas de control son más rigurosos desde el 11 de septiembre de 2001. Esto ha implicado que algunas cifras se disparen.




Este es el resumen del artículo "Los nuevos ríos de oro" publicado en Abril 28, 2012 en la revista The Economist.

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