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Mercosur, ¿QDEP? |
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| En un principio, la consolidación de Mercosur como un bloque comercial común resultaba una idea muy prometedora para fortalecer las economÃas sudamericanas. En 1991, tanto Brasil como Argentina dejaron sus diferencias atrás y se unieron a Uruguay y Paraguay para buscar una alianza de regulaciones comerciales, que permitió el florecimiento del comercio y la inversión a través de sus fronteras. No obstante, Mercosur, al igual que la UE, tuvo que afrontar ciertas dificultades económicas, como la devaluación monetaria de Brasil en 1999, que llevó a Argentina a hacer restricciones en las importaciones. De allà en adelante, las excepciones negociadas polÃticamente se convirtieron en la norma en esta unión subregional.
No fue sino hasta el 2010 que los presidentes de estos paÃses finalmente acordaron el establecimiento de un código aduanero común para evitar el pago múltiple de aranceles por las mercancÃas importadas. Sin embargo, Brasil y Argentina, presididas bajo gobiernos izquierdistas, tomaron un rumbo proteccionista, lo que ha perjudicado fuertemente el desarrollo de la alianza comercial. Si bien el comercio de Mercosur entre los paÃses miembros aumentó considerablemente, lo cierto es que las exportaciones seguÃan sin presentar mejorÃa, pues el bloque comercial no habÃa evolucionado para ser un mercado común con miras al exterior, tal y como lo habÃan soñado sus fundadores.
Aparte de esta complicación, la coalición se enfrenta a dos situaciones que podrÃan llevarla al fracaso. Una de ellas fue la suspensión de Paraguay durante un año, tras la destitución abrupta, pero constitucional, del mandatario paraguayo Fernando Lugo, un hecho que ofendÃa la cláusula democrática del grupo según los presidentes de los paÃses miembros. El otro factor que podrÃa afectar el cumplimiento de los objetivos de Mercosur es la admisión de Venezuela como miembro permanente, una petición que habÃa sido rechazada por el Senado paraguayo durante muchos años.
Al parecer, Chávez apostará firmemente por descartar la evolución del libre comercio en Sudamérica y optará por construir un eje polÃtico, alejado del neoliberalismo, que ataque los problemas sociales de la subregión y limite la presencia comercial de EUA en Latinoamérica. No sólo el mandatario venezolano irÃa en contra de los objetivos iniciales del Mercosur, sino también de los principios democráticos de la integración, pues el gobierno venezolano viola constantemente el Estado de derecho con sus continuas expropiaciones de industrias en su paÃs. Sin embargo, la riqueza económica gracias a la producción petrolera venezolana ofrece grandes oportunidades a las compañÃas argentinas y brasileñas, especialmente aquéllas que firmaron contratos con sus gobiernos. En fin, la entrada de Venezuela en el Mercosur no es más que un interés estratégico para el resto de los paÃses, y esto supondrá cambios en los yacimientos del grupo, que se verán limitados a un simple foro polÃtico y social con una microgestión del comercio subregional.
Mientras los paÃses de mayor crecimiento económico de Sudamérica (Chile, Colombia y Perú), han descartado, desde un principio, entrar al Mercosur, Brasil, que sufre un desacelero económico, escogió a los aliados equivocados: las proteccionistas de Argentina y Venezuela, que practican un socialismo arcaico, que impedirá, lamentablemente, fomentar la competitividad y el comercio libre.
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Este es el resumen del artículo "Mercosur, ¿QDEP?" publicado en Julio 14, 2012 en la revista The Economist.
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